VALÈNCIA. Algunos se las prometían muy felices con la llegada del videoarbitraje a la liga española. Lejos de todo ello (el mundial ya dejó al descubierto algunas lagunas del sistema), la introducción del denominado VAR está dejando más descontentos que satisfechos en el campeonato. Recordemos las quejas del entrenador del Eibar, José Luis Mendilíbar tras su encuentro del martes ante el Espanyol.
Tampoco el Valencia CF es ajeno a este malestar y salvo un caso en el que el VAR ayudó a decantar una jugada complicada de ver para el colegiado a favor de los de Marcelino, lo bien cierto es que hay jugadas complicadas de entender.
Recordemos que la información que tanto la Liga como la RFEF han venido dando del VAR dice que el videoarbitraje actúa en 4 supuestos. Esto es, goles (fueras de juego, faltas previas, fueras laterales o de fondo y si el balón entró), penaltis (si hay infracción o no, si es dentro o fuera del área, o en incorrecciones previas como fueras de juego fueran laterales o de fondo), tarjetas rojas (una roja que no lo es o una acción de roja no vista), e identidad equivocada (informar de quién debe ser sancionado).
De esta manera el Valencia CF ya comenzó a arrastrar malestar desde la jornada 2, en la que en el minuto 18 del partido de Cornellá, el defensa David López tocó hasta en dos ocasiones el balón con la mano dentro del área sin que Del Cerro Grande se atuviera a consultar. situación que sí atendería al conceder el gol (la pelota había entrado) de Granero en el 1-0 perico. Ese día el andaluz Melero López asistía desde el VAR al colegiado madrileño.
En la jornada 3 y en el derbi ante el Levante, el colegiado catalán Estrada Fernández acertó de pleno al conceder el primer gol local marcado por Roger ya que no había fuera de juego previo y en el penalti que supuso el empate a dos ejecutado por Dani Parejo. El contacto, aunque sutil, existió. En ambas ocasiones, Estrada se dejó aconsejar desde el VAR por el asturiano Gonzalez Fuertes.
En la jornada 4 y ante el Betis, los de Mestalla se vieron favorecidos por el canario Hernández Hernández quien hasta en dos ocasiones le perdonó la segunda amarilla a Dani Parejo que vió una amonestación en la primera mitad.
Las cosas han ido a peor en las dos últimas jornadas. En Villarreal, el aragonés Jaime Latre calentó los ánimos valencianistas. Primero porque en la primera mitad no estimo revisable un agarrón sobre Gameiro en área local.
Y sobre todo, la traca se produjo en la segunda mitad, con la polémica expulsión de Parejo, y fundamentalmente al obviar tanto Latre como González González desde el VAR la clara cartulina roja por una desproporcionada entrada de Mario Gaspar a Coquelin. Por cierto, que en medio de todas las protestas, Marcelino también fue expulsado.
Y para aumentar la lista de desagravios, los de Mestalla se consideran perjudicados por De Burgos Bengoetxea y Melero López (el mismo árbitro VAR que el día del Espanyol). El colegiado vasco se negó a considerar revisables un claro penalti sobre Batshuayi en la primera mitad, y otro hacia el final del partido, mientras que no tuvo reparos en atender las indicaciones a la hora de mantener unos instantes bajo revisión la jugada que dio pie al gol (legal) del Valencia CF.
En el caso del colegiado vasco fue peor aún por que ni en las jugadas de VAR, ni en las que no son de VAR aplicó un criterio lógico. Dejó de sancionar dos claras faltas en las inmediaciones del área viguesa, permitió a Iago Aspas protestas airadas en casi todas las jugadas y entorpeció en ocasiones el juego con su mala colocación.
Que en España el VAR iba a ser diferente se sabía. No hay el mismo número de cámaras en los partidos de Madrid y Barcelona que en el resto. Como quiera que los colegiados dependen del dispositivo televisivo montado para decidir, el número de elementos consultivos no es el mismo para todos, cosa que sí ocurría en el mundial.
Además, en el mundial los colegiados iban hasta el lugar físico habilitado para revisionar algunas jugadas, situación que sólo ha realizado en nuestro campeonato Mateu Lahoz hace unas semanas.
Así que en este VAR, de momento, no parece que uno pueda hacer muchos amigos.