Una cúpula que no conecta con la afición se unió al fracaso deportivo en 2016

VALENCIA. La presencia de una cúpula directiva que no ha conectado con la afición ha estado intrínsecamente ligada en 2016 al fracaso deportivo con el que cierra el año el Valencia, que ha vivido muy por debajo de las perspectivas más pesimistas de futuro que tenía la entidad.

Fiel reflejo de la inestabilidad y de la falta de un rumbo claro que se vive en el club ha sido el viaje en la recta final del año a Singapur de los tres máximos responsables deportivos de la entidad para entrevistarse de urgencia con el propietario Peter Lim.

A casi cuatro meses de haberse iniciado el curso, la presidenta Layhoon Chan; el entrenador, Cesare Prandelli; y el director deportivo, Suso García Pitarch, se desplazaron a Singapur para tratar con Lim la delicada situación del club.

Tras reconocer que la reunión resultaba imprescindible, tanto entre los medios de comunicación como entre la afición ha llamado la atención que tres personas viajarán a Singapur y no fuera Lim, el más interesado de todos como propietario en que el proyecto tenga éxito, el que viajara a Valencia para tratar el asunto 'in situ'.

Otro de los síntomas de desencanto que se vive en el Valencia, con el equipo en la cola de la clasificación y en puertas de la zona de descenso, es la sensación de apatía de la grada de Mestalla, que tras pedir la marcha de Pako Ayestarán ve que los problema están lejos de ser solucionados con un simple cambio de entrenador.

Pese a que tras su desembarco en el club hace más de dos años desde la empresa Meriton se expuso el objetivo de invertir en jugadores contrastados para convertir al Valencia en un referente del fútbol europeo, la realidad ha sido distinta con la llegada de jugadores que no correspondían mayoritariamente a esa consideración.

Sin embargo, y después de la pobre imagen deportiva mostrada en la temporada 2015-2016, el club tuvo la oportunidad de cambiar su política de fichajes y hacer efectiva la intención inicial de incorporar futbolistas de reconocido prestigio, pero de nuevo dejó pasar la oportunidad.

De hecho, una imagen que marcó a los aficionados fue la del director deportivo Suso García Pitarch en el coche del agente portugués de futbolistas Jorge Mendes el último día del plazo de fichajes de verano para cerrar a la desesperada la llegada de Eliaquim Mangala y Ezequiel Garay.

Desde el club se ha argumentado que la limitación por el 'fair play' financiero ha minado las posibilidades de alcanzar algunos fichajes, pero la presencia perenne de Mendes de forma directa en unas ocasiones e indirecta en otras en las transacciones de jugadores, también ha llamado la atención.

Además, la falta de comunicación del club hacia la afición ha estado acompañada por la ausencia de 'feeling' por parte de los dirigentes, como se reflejó en la última comparecencia de la presidenta tras su viaje a Singapur.

En la alocución de Layhoon Chan se echó en falta una mayor empatía y que entonase un 'mea culpa' en nombre de los propietarios por la situación deportiva del club al apuntar a la plantilla como principal responsable.

"Yo soy Lim", fue la respuesta de Chan ante la pregunta de una ausencia de casi un año de Lim en Valencia, circunstancia difícil de entender por la afición valencianista, y que tuvo que ser matizadas un día después al asegurar que no pretendió ser "arrogante" con esa afirmación.

"Cuando digo que soy Peter Lim no es una frase arrogante, significa que soy la que le entiende, la que le conoce y la que sabe lo que piensa hacer y lo que le preocupa, así como su amor por este club", matizó un día después en la comida navideña de la Asociación de Futbolistas del Valencia.