El Valencia CF logró un triunfo en un encuentro muy gris que no solventa las dudas generadas tras la derrota en Vitoria. El equipo se aleja de la zona de descenso pero se queda en tierra de nadie
VALENCIA. El Valencia CF sumó una nueva victoria ante el Leganés, la tercera consecutiva en Mestalla y la tercera en los últimos cuatro encuentros en un encuentro gris y sin brillo que acabó decidiéndose por una jugada a balón parado.
Fue mejor el equipo de Voro ante un rival que parecía entregado desde el minuto uno y que cedió por completo el control al Valencia CF que no supo materializar su superioridad en un resultado mayor, aunque pese a ser corto el marcador, nunca peligró la victoria ya que el Leganés apenas inquietó a un Diego Alves que fue un espectador más.
Este hecho hizo que el Valencia CF se contagiara del gélido ambiente de Mestalla, con la peor entrada de la temporada en Liga, y que dio la sensación de que jugó el partido sin forzar la máquina en exceso, mostrando una imagen preocupante de cara a lo que resta de temporada.
Y es que la falta de intensidad mostrada por los valencianistas ante el Leganés hace sospechar que el equipo se conformará con el 'gran' objetivo de salvar la categoría, sin exprimir las pocas opciones de alcanzar Europa que pudieran haber en los encuentros que restan de campaña.
El objetivo de poder alcanzar una posición en la parte alta de la tabla es bastante utópico pero el aficionado valencianista merece que su equipo agote las opciones hasta el final de campaña para llegar lo más alto posible y no ver una vez más a los jugadores dosificarse y dejarse llevar una vez que el descenso ya no peligra.
Precisamente esa situación se vivió la temporada pasada con Ayestarán en el banquillo cuando el Valencia CF venció tres partidos consecutivos cuando el descenso estaba más cerca que nunca -Sevilla, Eibar y Barcelona- y una vez conseguida la salvación con esos nueve puntos no volvió a ganar.
Voro, por su parte, está convencido de que sus jugadores no bajarán los brazos en lo que resta de temporada pese a estar en tierra de nadie, alejado de los puestos de descenso y de la Europa League. Uno de los grandes retos del valenciano es dotar de ambición a los jugadores para ganar cada partido y poder salir de la monotonía en la que se ha instalado el equipo.
Por suerte para el Valencia CF y el valencianismo el joven Carlos Soler parece querer romper con el conformismo instalado y ante el Leganés volvió a ser el mejor jugador del equipo y el único al que se le vio con ganas de brindar a Mestalla algo de fútbol y goles.
Además de Soler, el estadio valencianista pudo ver a Nacho Gil y Lato. Aunque pocos minutos, menos de los que deberían haber jugado viendo el partido, los jugadores pudieron ganar experiencia en primera división y siguen demostrando que están disponibles para ayudar al Valencia CF que parece venir.
El domingo toca visita al Vicente Calderón, una nueva oportunidad para mostrar lo que va a suceder en lo que resta de temporada, si será navegar por tierra de nadie o si por el contrario todavía queda algún clavo ardiendo al que agarrarse.