Los futbolistas del Villarreal se lamentan tras perder 0-3 contra la Real Sociedad. CARME RIPOLLÉSVILA-REAL. Los números defensivos están condenando al Villarreal. El Submarino registra a estas alturas de campeonato su peor dato de goles en contra en toda su historia en Primera División: ha encajado 29 tantos en 16 jornadas. Las temporadas en qué más se acercó a esta pésima cifra fueron la 1998/1999 y la 2019/2020, con 24 dianas recibidas en cada una.
El último encuentro ante la Real Sociedad, en el que los vascos anotaron tres goles en menos de diez minutos, es el claro ejemplo de que la fragilidad defensiva está imposibilitando al Submarino sumar puntos. De hecho, sólo ha podido dejar su portería a cero en las visitas a Mallorca y Getafe.
Sin ir más lejos, a estas alturas del curso pasado el cuadro groguet había encajado 12 goles, 17 menos que este año. La media de las 23 temporadas del Villarreal en la categoría de oro son 18 goles en contra, lo que deja a las claras que lo de este curso es toda una anomalía.
Además, el conjunto de la Plana Baixa se está mostrando especialmente vulnerable en La Cerámica, donde ha recibido 19 goles en nueve jornadas y no ha conseguido dejar todavía la portería a cero. El Barça consiguió anotar cuatro goles en su visita a Vila-real, el Athletic Club y la Real Sociedad tres, el Betis, el Girona y Las Palmas dos y el Almería, Osasuna y el Alavés se marcharon con un tanto.
No hay ningún otro equipo en LaLiga que haya recibido tantos goles en su estadio. Ni siquiera el Almería, que es último clasificado con cuatro puntos y ha encajado 18 goles en casa, uno menos que el Villarreal. A nivel general, sólo Granada y Almería, los dos últimos equipos de la tabla, cuentan con peores cifras defensivas que el Submarino.
Marcelino ya avisó a sus futbolistas nada más llegar de que había que poner fin a la sangría en defensa para conseguir ser un equipo competitivo. “Éramos conscientes de que teníamos un pero en esa parte (en defensa), pero cuando te ponen las estadísticas y los datos tan claros te das cuenta de las cosas”, explicó el central Jorge Cuenca reconociendo que Marcelino le expuso a la plantilla que con tantos goles en contra era imposible ganar los partidos.
"Tenemos que mejorar mucho en defensa", afirma el entrenador asturiano casi en cada rueda de prensa, pero lo cierto es que por ahora su equipo no lo está consiguiendo. Aunque todos los futbolistas tienen su parte de responsabilidad, en parte no lo está logrando porque ninguno de los jugadores de la zaga está rindiendo a buen nivel.
Raúl Albiol, ya con 38 años a sus espaldas, no es el mariscal que ha sido siempre en Vila-real, el irregular Aïssa Mandi está lesionado, el cedido Matteo Gabbia deja muchas dudas, Jorge Cuenca exhibe su falta de contundencia con demasiada frecuencia y Juan Foyth ha vuelto de su lesión a un nivel notablemente inferior al de la pasada temporada.
En cambio, resulta difícil culpar de la situación del equipo al guardameta. Filip Jörgensen se ha erigido esta temporada como titular en la portería y, a pesar de un inicio en el que estuvo dubitativo, ha ido aumentando el nivel a base de buenas actuaciones. Además, los números le apoyan: es el portero que más paradas ha realizado en toda la Liga: un total de 72 (4,5 por partido), 16 más que cualquier otro arquero de la competición.
