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Valencia, 112

25/02/2021 - 

 

VALÈNCIA. El datista Pedro Martín publicaba este martes una cifra que ha recrudecido esa sensación a medio camino entre la rabia y la nostalgia. Equipos españoles con más partidos en Liga de Campeones: 273 Madrid, 264 Barça, 112 Valencia, 100 Atlético. Esos 112 es la ilusión que engaña a los sentidos, como la estrella que se apagó pero cuya luz sigue proyectándose por la relación espacio-tiempo. 

No habría que preocuparse en exceso, porque en 10 años el Valencia ganará la Liga propulsado por la miríada de cachorros ante la vista fascinada de Javier Tebas; el contador de partidos resucitará. Pero sirve como un recordatorio. Los 112 son un antídoto para salvaguardarnos (sí, a estas horas) de pirados que prometan una nueva era, un club revolucionado. Buscando un club renovado, vamos a concluir que lo que queremos es el club viejo. Después de todo, ese va a ser el verdadero drama de este período oscuro: añorar aquello de lo que abjurábamos. 

El 112 es el revés frente a la monotonía de entrar cada año en Champions. No te culpes, militante: la humanidad pide en base a lo que tiene. Teníamos Champions contínua. En consecuencia: queríamos más jarana. 

Repetirnos la cifra de partidos en Champions tiene la trampa de pervivir en la idea de un club pujante, acostumbrado a la elite. Pero, en el reverso, sirve para no quedarnos con cualquier mercancía averiada. No deseamos a nadie que busque reinterpretar aquello que el Valencia es. Se trata de poner al club a su propia altura.

A los aspirantes a máximos accionistas, el 112 debería servirles de aviso: en lugar de fórmulas exóticas, lo que el Valencia necesita es más Valencia. Más piel. Más vicentesperis y menos lemas que podrían aplicarse en cualquier plaza. 

El adanismo que desprendió Lim desde el inicio, y que dimos por bueno creyendo que refundaba un club con termitas, era en realidad un señuelo para disolver la personalidad del VCF. Ahora, en consecuencia, la solución pasa por recordarse. No en la búsqueda de un revisionismo melancólico, sino por ser conscientes de que este club, aunque ahora esté encorvado, mide mucho más de lo que parece.