VALÈNCIA (EFE/Nacho Herrero). El Valencia Basket retoma la Liga tras tres meses de parón por la covid-19 envuelto en la misma incertidumbre que los restantes equipos y tras haber recuperado la ejecución del escolta estadounidense Jordan Loyd y perdido la dirección del base Guillem Vives.
El regreso del jugador norteamericano dará previsiblemente al Valencia calidad individual para anotar en momentos en los que no funcione el juego de equipo, algo que le faltó en las semanas previas a la suspensión de las competiciones.
Loyd lleva casi cinco meses sin jugar un partido oficial tras la fractura que sufrió en un dedo del pie, y después de vivir solo el confinamiento fue uno de los jugadores que más escéptico se mostró con el regreso de la competición.
El cuerpo técnico del Valencia notó importantes diferencias en el estado anímico de los jugadores tras el confinamiento lo que les situó en un punto de partida diferente aunque el paso de las semanas ha ido igualando esa situación y homogeneizando al equipo.
En cambio, la lesión de Vives, que se fracturó un dedo en el inicio de los entrenamientos, le deja sin uno de sus tres directores de juego, por lo que esa responsabilidad recaerá en Sam Van Rossom el más completo esta temporada, y Quino Colom.
A éste le ha costado involucrar a sus compañeros en el juego estático tras haber sufrido mucho en defensa en el arranque liguero.
La vuelta de Van Rossom justo antes del parón permitirá que el alero gallego Alberto Abalde regrese a su posición original, en la que había rendido muy bien en el tramo inicial de la temporada.
El Valencia seguirá contando con trece jugadores para afrontar esta fase final por lo que el técnico Jaume Ponsarnau tendrá que hacer un descarte técnico en cada partido.
En el tramo anterior de la temporada, el elegido normalmente era el ala-pívot australiano Brock Motum, aunque el entrenador catalán siempre se ha mostrado partidario de recuperarlo, por lo que esa voluntad y la acumulación de partidos hacen probable que el descarte pase a ser rotativo.
El equipo valenciano afrontará esta fase final como anfitrión, aunque el hecho de estar concentrado en un hotel como el resto de los equipos y el de que se vaya a jugar sin público en la Fuente de San Luis, minimiza el impacto de esa condición y lo reduce básicamente al hecho de que conoce más la pista que el resto.