VALÈNCIA. El Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zúrich, que se celebrará el 23 de octubre, buscará ‘recuperar’ el récord del mundo masculino mientras que el Maratón Valencia Trinidad Alfonso, previsto para el 4 de diciembre, tratará de que el esperado debut en la distancia de la etíope Letesenbet Gidey acabe con el récord del mundo y rompa con más de dos décadas en los que estas mejores marcas se dan sólo en los denominados ‘seis majors’.
El gerente de Correcaminos, Juan Botella, recordó en que 2021 el Medio Maratón apostó por el récord del mundo femenino y se “aplastó”. “Ahora el mismo el objetivo es intentar recuperar el récord masculino que perdimos en favor de Lisboa por un segundo”, destacó. Aunque no desveló nombres, en parte por la incógnita que hay con algunas pruebas del otoño, apuntó que no hay “demasiados corredores en el mundo” que puedan acercarse a ese reto.
En cuanto al Maratón explicó que el debut de Gidey, “la mejor fondista” actual del mundo, “le dará mucha visibilidad” a la ciudad porque trasciende a este tipo de pruebas.
“Además desde 1984 nunca un debutante ha conseguido un récord pero queremos romper el techo de cristal de las ‘majors’”, apuntó Botella, que explicó que tras el “enfado” con el viento que marcó la prueba del año pasado, en la categoría masculina la idea es volver a tratar de ‘asaltar’ el récord del circuito.
“Hablamos con todos los corredores top del mundo. Lo hacemos ya sin ningún complejo y no a la altura económica de otras pruebas pero sí deportivamente. Los ‘majors’ querían el debut de Gidey, cualquiera en su sano juicio lo querría”, señaló.
En el caso de ambas pruebas habrá “pequeñas modificaciones” en los circuitos con algunos cambios “obsesivos” buscando “alguna calle en la que se pueda correr mejor o mejorar alguna curva”, apuntó Botella.
La principal modificación en el circuito del Medio Maratón es que la salida y la llegada, ambas en la Avenida de Tarongers, se acercan hacia el mar y en cuanto al Maratón que la salida se hará por primera vez por los dos ramales del puente de Monteolivete, al desaparecer la carrera de 10K que durante muchos años se celebró de manera paralela y que ocupaba uno de esos lados.