El club de Mestalla y el verdiblanco son las revelaciones de la competición tras dos temporadas en las que la inestabilidad deportiva y social ha sido la nota predominante. Una gran revolución en verano ha supuesto la vuelta de la ilusión
VALENCIA. Valencia CF y Real Betis se verán las caras el próximo domingo en el Benito Villamarín y lo harán en su momento más dulce de los dos últimos años después de recuperar, en este inicio de competición, el buen camino deportivo que ya parecía olvidado.
Y es que Valencia y Betis han vivido caminos paralelos desde hace dos temporadas. Ambos conjuntos iniciaron la campaña 15/16 con gran ilusión pese a la gran diferencia entre sus objetivos. El combinado de Mestalla regresaba a la Champions League tras dos años de ausencia mientras que los verdiblancos volvían a Primera División un año después de su descenso.
Pero la temporada no fue lo que se esperaba para ambos conjuntos, pese a ser más movida en Mestalla. Ninguno de los dos entrenadores que había conseguido el éxito anterior terminó la campaña puesto que tanto Nuno como Pepe Mel fueron destituidos a mitad de competición.
La situación alcanzó el límite en el Valencia CF aquel año, con la salida de Neville y el final de campaña de Ayestarán, mientras que en el Betis la apuesta por Juan Merino consiguió calmar las aguas y terminar la temporada en puestos tranquilos aunque con la afición enfadada.
Además, los vaivenes institucionales también han sido protagonistas en ambos clubes. El Betis cambió de presidente en febrero de 2016 mientras que pese a que en el Valencia CF no hubieron cambios en la cúpula, la situación social llegaba muy tocada tras la salida de Salvo el pasado verano y se acrecentó con los malos resultados del equipo.
Ambos clubes decidieron cambiar el rumbo deportivo con un cambio en la parcela deportiva. Mientras en el Valencia CF se apostó por García Pitarch antes de acabar la campaña, en el Betis se le dio el mando a Miguel Torrecillas pero ninguno de los dos consiguió su objetivo.
La apuesta del club de Mestalla por la continuidad de Ayestarán no dio el resultado esperado, siendo destituido a la cuarta jornada liguera, mientras que en el combinado verdiblanco fue Poyet quien no alargó su aventura más de once jornadas en el estadio sevillano.
Pero el recambio del primer entrenador de la temporada tampoco aportó la estabilidad esperada y los equipos terminaron la competición con un 'hombre de club' en el banquillo. El Betis apostó por Victor Sanchez del Amo y terminó destituyendo para que Alexis se hiciera cargo del equipo, mientras que en Mestalla fue Prandelli quien abandonó el barco para que Voro lo rescatara.
Como sucediera la temporada anterior, ninguno de los dos directores deportivos que confeccionaron las plantillas siguen en la entidad. Pitarch se marchó en enero y Alesanco, su sustituto, tampoco sigue ya en Valencia CF mientras que Miguel Torrecilla dejó su cargo en Heliópolis para marcharse al Sporting.
Ambos cambios en la dirección deportiva tienen un denominador común y es la llegada de cargos ejecutivos con 'mando en plaza'. El Valencia CF denominó a Mateu Alemany director general, mientras que el Betis recurrió a Serra Ferrer como vicepresidente deportivo. Para más paralelismos entre ambos clubes, los dos dirigentes proceden de Mallorca.
Tanto Alemany como Serra hicieron su gran apuesta en el banquillo. El Valencia CF se la jugó con Marcelino y el Betis con Setién a los que dieron grandes poderes para configurar la plantilla a su gusto. La revolución en los dos vestuarios ha sido total y ambos equipos tuvieron 19 bajas con respecto al pasado año.
Ahora, apenas unos meses después de la revolución en el mercado estival ambos conjuntos recogen los frutos de su apuesta, convertidos en los grandes protagonistas del inicio liguero. Valencia y Betis se ven las caras el domingo, después de dos años de caminos paralelos.