VALÈNCIA. La partida acaba en tablas. Mestalla acogía el primer cara a cara entre 'Maestro' y 'Alumno' en un partido con más aroma que nunca a leyenda e historia del club de Mestalla. Benítez por su dilatada trayectoria y Baraja en su primera temporada en el banquillo de Mestalla han dejado patente la identidad que quieren implantar en sus equipos. Seriedad defensiva, equilibrio y conceder pocos errores al rival. Sin ser dos entrenadores idénticos, el libro de estilo tiene un registro similar con el que Valencia y Celta de Vigo chocaron en un partido aburrido.
El primer tiempo fue un espejo del tipo de partido que trazan Rubén Baraja y Rafa Benítez: orden, rigor táctico y pocos espacios para que el rival pueda maniobrar y generar peligro. Fue un empate técnico y los dos técnicos se marcharon satisfechos por la implicación y rendimiento defensivo de su equipo. El peaje lo pagó el aficionado y espectador. Esas tablas en la partida de ajedrez entre 'Maestro' y 'Alumno' dejaron las áreas desiertas, sin intervenciones de los porteros ni ocasiones de goles más allá de un remate de Starfelt en una falta lateral.
Valencia y Celta entraron al partido con la lección aprendida sobre su contrincante y acabaron anulándose los primeros 45 minutos. Un 0-0 que valía más al Valencia por su situación en la tabla, pero que tampoco era un botín suficiente con el calendario restante hasta el parón navideño. El Celta por su parte, también estaba obligado a dar un paso adelante para salir de los puestos de descenso con una victoria a domicilio.
Tras la reanudación, el partido fue más de lo mismo. Las fichas estaban marcadas y no había forma de que Valencia y Celta se desarmasen para conceder alguna ocasión de gol. En el tramo final, el partido se abrió un poco más. Guerra provocó una falta peligrosa que estrelló en la barrera mientras que Aspas obligó la estirada de Mamardashvili y la única de un portero en todo el partido. Finalmente, la balanza no se desequilibró y el Valencia no pasó del empate contra el Celta.