VALÈNCIA. Supongo que la culpa es mía. Veo cada día los partidos de la EURO 2020 y noto una terrible ausencia del nombre pasado del Valencia, e incluso su nombre de futuro. La realidad es cabezona y por más ilusión que yo les quiera vender les aseguro que sin estar yo ilusionado, poco les puedo vender para ilusionarles de cara a la próxima temporada.
Vale, sí, es obvio que esta mala racha de pandemia ha afectado a lo bestia a todos los equipos de fútbol. Pero siento transmitirles mi tristeza, eso de la pandemia me afecta tristemente como a todos ustedes, pero el Valencia se encuentra inmerso en una pandemia personal desde que Peter Lim compró este equipo de nuestros amores.
Como cada día pego un vistazo a Plaza Deportiva y todas las noticias que tienen relación con el Valencia me sacan un poco de mis casillas y eso, a la hora de escribir, se transforma en un artículo tristón que a estas alturas del mes de junio me provoca cierta tristeza imposible de disimular. La llegada de Bordalás me parece interesante y en el fondo me gustaría que no solo fuera la llegada de un buen entrenador. Se habla, se escribe, se rumorea, que muchos jugadores más o menos principales del equipo están a un paso de marcharse vendidos a otros lugares. Y eso me pone triste y me obliga a mirar el futuro con cara de más triste todavía. Oigo que Gayà se puede marchar, y Guedes, y Maxi, y Wass... y la tristeza se apodera de mí de forma brutal y salvaje.
Voy a hacer todo lo posible por cambiar e intentar transmitirles que el futuro de este Valencia de nuestros amores es más alegre que tristoncillo. Pero ese esfuerzo lo voy a hacer por todos ustedes, para que sigan enamorados de este club que ya tiene más de cien años y que está atravesando la época más complicada probablemente de su historia.
Me gusta el fútbol y me gusta ver partidos de fútbol. Pero ahora me encuentro en un momento complicado. Estoy viendo la Euro2020 y me vuelvo a enamorar de este deporte. Ahora bien, mirando los equipos, analizando las jugados y soñando con el futuro de nuestro Valencia me provoca una angustia y una pena terrible. ¿Cuándo volveremos a ser un equipo con algo de gracia? ¿Qué futuro nos aguarda?
Me gustaría ser más optimista, o algo optimista, y venderles un artículo de esos que te provocan alegría y en estos tiempos tan duras te permitan mirar al futuro con una cara distinta a la actual. Pero les soy tristemente sincero. No veo por ninguna parte motivos mínimos para pensar en un futuro interesante. Más bien al contrario
Ahora bien, sí les aseguro que yo voy a estar siempre con este equipo y que pienso ir a Mestalla la próxima temporada y a todos los partidos. En el fondo no me queda más remedio que reconocer mi máxima implicación con este equipo y con el futuro de este equipo. El Valencia está en manos pésimas, pero yo sigo y seguiré siendo del Valencia. ¿El futuro? Pues todo parece complicado, pero yo sueño que Bordalás no sea timado como Gracia y logre montar un equipo reconocible. Ese es mi sueño.