VALÈNCIA. Sabíamos de antemano que no iban a ser fáciles los enfrentamientos que iba a dirimir el equipo en esta semana con tres partidos ante equipos de nivel. Ante el Real Madrid y ante el Sevilla el equipo ha salido derrotado aunque las sensaciones han sido muy diferentes. Son derrotas sí, pero hay diferentes formas de no conseguir la victoria. Hay derrotas que saben a victoria y derrotas que te provocan dudas.
La intensidad y concentración que mostró el equipo de Bordalás ante el Real Madrid fue infinitamente mayor que las mostradas ante el Sevilla. Ante el Real Madrid el Valencia le plantó cara a un gran equipo. No se amedrentó y estuvo cerca de conseguir una merecida victoria que se escapó por los pelos y por el mejor estado físico al que llegó el rival en los últimos minutos de partido. Las ocasiones hay que materializarlas ante estos grandes equipos. De lo contrario te pueden condenar. Pese a la derrota los aficionados salieron orgullosos de su equipo.
En Sevilla las sensaciones fueron diferentes. El equipo salió excesivamente relajado en los primeros compases del partido. Siempre se ha dicho que los elogios debilitan y quizás pasó algo de eso. Encajar tres goles en 21 minutos no es de recibo. Y menos aún la manera de recibirlos. El primer golpe vino de un cambio de orientación de Wass a balón parado que corta el Sevilla y en dos toques Lamela y Papu pusieron el primero en el marcador. El segundo error individual grosero de Mamardashvili que no calcula bien el bote del balón. Como diría Bordalás en rueda de prensa, un error impropio de jugadores profesionales. El tercer gol, para mí, aún tuvo más delito. Un balón parado desde campo contrario y centrado. Pase en largo y gol. Error defensivo grave de posicionamiento de los centrales y del portero. Demasiados errores no forzados ante un equipo como el Sevilla que aunque encajó un gol supo gestionar su ventaja e incluso pudo aumentar su ventaja con ocasiones al contragolpe en la segunda mitad.
El Valencia aunque pasó a tener el control del balón no creó situaciones claras y el control del partido lo siguió teniendo el Sevilla. Esta derrota ha dejado más dudas entre los valencianistas. Las bajas importantes que tiene el equipo no son óbice para esos errores individuales y colectivos que se produjeron en Sevilla. El Valencia creó poco juego ofensivo y tuvo pocas oportunidades de batir a Bono. Guedes estuvo algo perdido. En algunos momentos cambió su posición con Hugo Duro y al luso esa posición escorada no acaba de gustarle. Hugo Duro sigue siendo la noticia positiva. Un nuevo gol tras una difícil volea y un buen trabajo en general. Pero para crecimientos en el juego y en posicionamiento Guillamón se lleva la palma. Para mí excelente partido del canterano que jugó con maestría tanto cortando el juego como surtiendo balones con sentido y criterio. Cada día que pasa está más asentado y más suelto en el equipo. Gran noticia en una posición en la que se reclamaba una inversión importante para cubrirla. Lo teníamos en casa. Gran decisión de Bordalás.
Y ahora para completar la semana viene el Atlétic de Bilbao que viene de perder ante el Rayo Vallecano. Además con el añadido o el morbo de la vuelta de Marcelino a la que fue su casa y donde tan gratos recuerdos dejó. Marcelino reservó algunos jugadores en su partido intersemanal dándole mayor importancia al partido ante el Valencia. Los dos equipos llegan necesitados de puntos tras las derrotas sufridas. Va a ser seguro un partido apasionante. Para mí el Valencia es el favorito. El apoyo de la afición va a ser importante. Si el Valencia mantiene la concentración y la energía de las primeras jornadas tiene argumentos suficientes para conseguir la victoria.
Supongo que habrá alguna variación en la alineación titular. Cillessen podría volver al once y tranquilizar a Mamardashvili. Sería importante conseguir la victoria para seguir manteniendo esa buena posición en la tabla y quitarnos el mal sabor de boca de estas dos últimas derrotas. El sábado saldremos de dudas. ¡¡¡Vienen los leones!!!
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