ALICANTE. El Intercity solicitó este viernes a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que se dispute en el estadio Rico Pérez su encuentro ante el Barcelona correspondiente a la tercera ronda de la Copa del Rey, cuyo inicio está programado para las 21 horas del miércoles 4 de enero.
Lo hizo después de contactar con el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y el Hércules, el arrendador (como propietario) y el arrendatario de la instalación, respectivamente, quienes le mostraron toda su predisposición a que lo anterior se pudiera hacer realidad.
Tras obtener el consentimiento del IVF (quien a diferencia del Ayuntamiento de Alicante no se ha desentendido de la situación, como ocurriera hace un año cuando el Independiente Alicante debía recibir en el Antonio Solana al Real Betis, también en Copa) y del Hércules, el Intercity cursó su solicitud a la RFEF, aparcando la negociación con este último sobre las condiciones sobre la cesión del estadio al momento en que obtenga una contestación federativa.
Se espera que para el martes como tarde (el lunes es festivo en la Comunidad de Madrid) llegue la respuesta desde Las Rozas, pero nadie duda en el Intercity de que será positiva, dadas las características técnicas del Antonio Solana (este sigue siendo oficialmente la sede del choque), carecer esta instalación municipal de la iluminación artificial mínima exigida tanto para la Primera Federación como para la propia Copa. Lo anterior permitirá trasladar el encuentro a un estadio que también es de titularidad pública (del IVF), pero cuyo sistema de iluminación sí cumple los estándares de la RFEF (no los de LaLiga) y de capacidad infinitamente mayor, lo que abre la puerta a una recaudación por venta de entradas sensiblemente superior.
Las primeras cuentas apuntan a unos 300.000 euros de ingresos por taquilla, de los que habrá que detraer los gastos derivados de la apertura del estadio, el canon de uso a favor del Hércules (arrendatario que subarrienda) y un descuento en el precio de las entradas para los abonados de este o para los titulares de su 'carné compromiso' (esto dependerá de la decisión del club blanquiazul). Ese descuento podría consistir en que paguen por su entrada un precio inferior al del público en general y que podría ser el mismo que los abonados del Intercity, quienes no tenían incluido el torneo del 'ko' en el abono (aunque de cara al choque de segunda ronda con el Mirandés el club decidió que no pasasen por caja) u otro ligeramente superior (pero inferior al del público en general).
Si la RFEF no da un susto, será la segunda ocasión en la que el Intercity se mida fuera de la instalación que tiene a priori designada federativamente a un equipo de LaLiga Santander en un envite copero en el que es el conjunto local. Ya lo hizo en la primera ronda de la Copa del Rey de la 2019/20, cuando se enfrentó al Athletic de Bilbao en el estadio Martínez Valero: el club de los hombres de negro abonó entonces al Elche un canon de unos 30.000 euros y los abonados franjiverdes pudieron adquirir su entrada pagando el mismo precio que los del Intercity (estos entonces eran simpatizantes). En ese momento el equipo que entonces entrenaba José Vicente Lledó y hoy dirige Gustavo Siviero tenía el verde artificial del Poliesportiu de Sant Joan como sede de sus partidos como local.