Fue absurdo. Todavía estoy dándole vueltas al partido del pasado miércoles y me cuesta darle una interpretación medianamente normal para justificar semejante disparate. Ojo, no se trata de no creer en la Champions. Yo estoy convencido de que haga lo que haga el Valencia ese objetivo es imposible perderlo
VALÈNCIA. Fue absurdo. Todavía estoy dándole vueltas al partido del pasado miércoles y me cuesta darle una interpretación medianamente normal para justificar semejante disparate. Ojo, no se trata de no creer en la Champions. Yo estoy convencido de que haga lo que haga el Valencia ese objetivo es imposible perderlo. Pero sí se trata de jugar un partido normal aprovechando que tienes a Peter Lim en su palco. Y no fue así. Lo que vimos ante el Getafe fue un destarifo en toda regla y a un individuo que hizo un partido francamente deshechable y que no es otro que nuestro señor entrenador don Marcelino García Toral. Todo fue raro y extraño. El equipo que sacó el técnico fue un disparate auténtico. Y los cambios que realizó para curar la hemorragia que solo él había provocado fueron tardíos y con todo ya en contra. El Valencia, y eso es lo grave, no tenía ninguna necesidad de jugar un partido así. Con jugar un duelo normal con jugadores normales todo sería más práctico y más normal. Pero no fue así. Marcelino quiso inventar un estupidez y en el fondo solo él quedo como eso, como algo estúpido.
NO PASA NADA
Yo de ese partido me quedo de cualquier forma con una conclusión clara. Como no había nada en juego -doy por hecho que el Valencia sí va a ir a la Champions aunque no lo haya firmado aun del todo- me resulta absurdo todo lo que hizo Marcelino y me invita a pensar que tiene algún secreto debajo de la manga... lo que sería una temeridad enorme por su parte. El Valencia perdió ante el Getafe sin apenas poner oposición durante sesenta minutos. Y eso es muy grave. Nada salió bien y lo peor del asunto es que el once programado por Marcelino solo invitaba a pensar que iba a suceder algo parecido. Mal regalo para unos aficionados fieles y entregados a su equipo.
NO VIBRÓ MESTALLA
Y sí, Mestalla se quedó casi mudo por el escaso juego que vieron en un equipo que les tenia que entregar la Champions, pero que en realidad solo entregó fútbol desnortado y troiste conducido por un entrenador que planteó su peor partido desde que está en el Valencia para sonrojo que Peter Lim y su acompañante y para más sonrojo aún par todos los aficionados que se dieron cita en Mestalla a una hora muy mala para celebrar algo que se merecían. Marcelino les robó la Champions y fastidió la fiesta. Para mi fue lo peor que he visto en todo el año a un Valencia que sí sabe jugar al fútbol pero que el miércoles hizo todo lo posible de la mano de un desnortado Marcelino para intentar demostrarnos lo contrario.
LE TOCA A SOLER
El único punto que me hace cierta gracia pese a ser una consecuencia por el juego ramplón del entrenador -yo creo que el futbolista perdió los papeles porque estaba hasta las narices- fue la extraña expulsión de Parejo y el pensar que en el próximo partido frente al Celta sí que va a tener ocasión de demostrar todo lo que sabe un Soler al que el miércoles su propio entrenador le birló su sitio natural. Ante el Celta la conclusión de ese triste partido es que en el centro del centro del campo tenemos una pareja inédita que a mi me hace mucha ilusión verla en acción en este partido concreto. Jugará Soler en su sitio -siempre que Marcelino recupere su tradicional sentido común- y lo hará formando pareja con Kondogbia en el centro del campo lo que invita a pensar que Soler tendrá más opciones de ser creativo de lo que ha sucedido en todo el año. Y sí, yo creo en un buen partido de Soler y además el Celta ha perdido a Iago Aspas lo que invita a pensar que Soler lo va a tener más fácil.