VALÈNCIA. Xavi Albert pestañeará cuando vea venir esta noche a Zeljko Obradovic con el brazo extendido en la bulliciosa cancha del Stark Arena. Nueve Euroligas frente a un debutante de 36 años. Una leyenda frente a un entrenador valenciano al que muchos menospreciaron cuando su club, el Valencia Basket, anunció que iba a ser el sustituto del Álex Mumbrú hasta final de esta temporada. Sin saber mucho de él, algunos se lanzaron a las redes sociales y dijeron cosas nada suaves para tildarlo de entrenador menor. Pero Albert, que es uno de esos pirados que se pasa el día volcado en el baloncesto, tiene una gran reputación en el mundillo y en un par de ruedas de prensa ya ha demostrado que es una persona de verdad, que dice lo que piensa. Ojalá no cambie. Ojalá no lo cambien.
Es cierto que tiene 36 años y un currículo donde solo figuran éxitos en las categorías menores o como ayudante, pero el pasado verano Chechu Mulero ya le dijo a Enric Carbonell que Albert era una opción muy válida para largar a Mumbrú con tranquilidad. El técnico valenciano acabará el curso y lo más normal es que en verano vuelva a bajar un escalón porque el club, según parece, quiere fichar a otro entrenador. El Valencia Basket no sale de su laberinto y una vez más se encuentra ante el mismo cruce de caminos: ¿Una entrenador referente en Europa o una apuesta nacional? La respuesta casi siempre es la segunda opción y el patrón de los últimos 25 años demuestra que, por misteriosas razones, no funciona. Por aquí han pasado buenos entrenadores y los únicos que han dado la talla son Pedro Martínez, Paco Olmos y Jaume Ponsarnau.
Mi lectura, entonces, es muy clara. Para volver a apostar por un perfil que tradicionalmente no te funciona, por qué no echar todas las fichas a un entrenador del que muchos dicen que tiene mucho futuro, que conoce la casa y que siente estos colores como no los va a sentir nadie que venga de fuera.
Esto me lo explicó Nacho Rodilla hace 25 años. El jugador español siempre estará más implicado que el extranjero. Y el valenciano, más aún que el nacional. Si la filosofía del club es la de apostar muy fuerte por L’Alqueria y por tender un puente sólido entre la cantera y el primer equipo, no hay nada más coherente que cederle el volante a Xavi Albert, quien, además, va a confiar mucho más en chavales como Sergio de Larrea, al que ya se ha llevado a Belgrado.
Xavi Albert llegó al Pamesa con seis años. Primero como abonado y después, en benjamines, como jugador. El chaval fue escalando por todas las categorías hasta que, en el verano de 2003, con 17 años, Paco Olmos se lo llevó a hacer la pretemporada a Sierra Nevada con el primer equipo. Pero una lesión en el tendón rotuliano de las dos rodillas acabó con su breve carrera deportiva. El chico, algo desanimado, decidió darle la espalda al baloncesto. Hasta que Manolo Real decidió ocuparlo en uno de los equipos menores del Ros Casares. De ahí dio el salto al Valencia Basket y, una vez más, esta vez con la ayuda de Andreu Casadevall, empezó a ir subiendo de categoría en categoría. Hasta que acabó dirigiendo al equipo de LEB Plata y como ayudante de Álex Mumbrú.
Por el camino, también trabajó en selecciones nacionales de categorías inferiores para la Federación Española y ahí entabló amistad con Dani Miret, un entrenador que el pasado verano llevó a España a proclamarse de nuevo campeona del mundo y que hace unos días, pura casualidad, fue confirmado por el Joventut como sustituto de Carles Durán para ser el jefe del banquillo de la Penya hasta 2026. En Badalona es posible que se jueguen menos, pero si ellos se han atrevido, ¿por qué no puede atreverse el Valencia con Xavi Albert?
Durante toda su etapa de formación, además, Albert tuvo el privilegio de ver trabajar de cerca -no sentado en la grada- durante una o dos semanas a Ricard Casas, Pepu Hernández, Jota Cuspinera, Xavi Pascual, Pablo Laso y Aíto García Reneses. Y hace dos veranos fue invitado a ir como ayudante de los Portland Trail Blazers en la Summer League de Las Vegas, donde estuvo al lado de Chauncey Billups.
Aunque su gran referente es otro técnico tan joven como él, Joe Mazzulla, el ‘Head Coach’ de los Celtics que este año aspiran al anillo de la NBA. De él admira su capacidad para interpretar la estadística avanzada. Albert, como él, tiene la humildad y la curiosidad de aprender de otros. Mazzulla ha declarado en más de una ocasión que es un ferviente admirador de Pep Guardiola y que estudia mucho al City y al catalán, al que considera “el mejor entrenador en cualquier nivel, en cualquier deporte”, como dijo en una entrevista con ‘The Athletic’. El jefe de los Celtcis aprovechó el parón del All Stars para viajar a Manchester y conocer en persona a Guardiola.
Apostar por Xavi Albert, por último, es apostar también por Larry, como se conoce en el baloncesto a Sergio de Larrea, el jugador más prometedor de la cantera del Valencia Basket. Un chico de 18 años que, visto lo visto, merecía más oportunidades con la camiseta taronja. A favor del entrenador está el camino que ha ido abriendo estos últimos años Rubén Burgos, que ha dado una lección magistral en la dirección del primer equipo femenino. ¿Qué más necesita para ganarse la confianza de Enric Carbonell y del mecenas?