VALÈNCIA. El Valencia se queda atrás. Una dura derrota en El Sadar que debe servir para reflexionar. A seis puntos de la Champions, a cuatro del descenso y con una 'final' el miércoles contra el Sevilla FC, la situación no ha mejorado ni un ápice con la llegada de Celades. El Valencia ha perdido su identidad. No es sólido en defensa, no domina los partidos y tampoco ha encontrado la efectividad suficiente arriba para solventar los problemas del nuevo estilo de Celades.
Celades ya ha cumplido diez partidos al frente del banquillo del Valencia y su sello ha destacado hasta el momento por la irregularidad. Un balance de tres victorias, cuatros empates y tres derrotas evidencian la poca constancia que tiene este equipo. Capaz de ganar en Stamford Bride y San Mamés, competir en el Wandar y no tumbar en Mestalla a Leganés o Getafe.
Además, desde que el técnico catalán tomara las riendas, los problemas defensivos se han acrecentado de manera alarmante. El Valencia acumula 16 goles encajados y solo el Real Betis, que está en puestos de descenso, lleva más goles en contra con un total de veinte. En definitiva, unas deficiencias que el Valencia debe corregir con carácter inmediato si no quiere entrar en los apuros que atravesó en la primera vuelta del año pasado.
En cuanto al partido, se trataba de una jornada clave para el Valencia tras las victorias de los equipos de arriba como Atlético, Sevilla FC, Villarreal CF o Real Sociedad. Enfrente estaba el estadio inexpugnable de El Sadar. La realidad es que el Valencia no fue superior en ningún momento a Osasuna. Es cierto que se puso por delante en el marcador gracias a un tanto de Rodrigo Moreno, pero las sensaciones eran las de un equipo superado por el ritmo de su rival.
Antes de la media hora, llegó la jugada que acabó con el Valencia. Rodrigo fue expulsado por una agresión a Estupiñán y con su salida se fueron también las opciones del Valencia, que fue totalmente desbordado por Osasuna. Oier hizo el primero al cabecear solo desde el área. Rubén García dio el mazazo tras el descanso aprovechando la debilidad de Thierry Correia. La fragilidad defensiva del lateral portugués fue muy preocupante, completamente superado por el escenario. Con el 2-1, Celades arriesgó con Maxi Gómez y Ferran Torres, pero salió cruz. Estupiñán finiquitó la victoria rojilla en el tramo final ante un Valencia que no disparó a portería en la segunda parte salvo las dos jugadas invalidadas de Gameiro y Maxi Gómez.