VALÈNCIA. Las relajaciones se pagan. El Valencia ha cambiado completamente su estilo, juega a otra cosa diferente con Celades y la realidad es que se observa a un equipo que está haciendo una pretemporada en el mes de septiembre. El técnico catalán ha impuesto un nuevo sistema con un 4-3-3 y también con un estilo diferente, con asociaciones más largas y una defensa más adelantada. Sin embargo, la realidad es que la puesta en escena de lo que quiere implantar Celades todavía tiene fallos y lagunas considerables.
En primer lugar, el Valencia ha perdido su sello de identidad y quizá su mejor virtud: la solidez defensiva. La pasividad defensiva con ocho goles en tres partidos de liga es la mayor preocupación que azota a un Valencia que con once tantos, es el equipo que más ha encajado de toda la liga. Casi nada.
En este sentido, Celades dio un lavado de cara al equipo, especialmente en defensa, y la realidad es que no funcionó en absoluto. Jaume encajó tres tantos, pero poco pudo hacer en alguno de ellos. Correia dejó destellos en ataque, pero también bastantes dudas en sus prestaciones defensivas, que todavía deben mejorar. Kennedy le superó con creces en la última media hora. La pareja Paulista-Diakhaby generó una inseguridad constante. Mata, Molina y Ángel desarbolaron el eje y aprovecharon la pasividad de los centrales. Jaume Costa también estuvo por debajo de lo esperado, rompiendo el fuera de juego en el tanto de Jason. Unos errores que permitieron dejar escapar un triunfo que estaba encarrilado con 3-1 en la primera parte.
En ataque, la gran noticia del encuentro fue la irrupción de Maxi Gómez. El delantero uruguayo dejó patente cuáles son sus virtudes: remate y potencia en el área. Su entrada por la lesión de Gameiro fue clave para que el Valencia encontrara un plan 'B' para romper la defensa azulona. El primer tanto de 'tijera' maravilló a Mestalla. Pero además de talento, el charrúa demostró su poderío aéreo al cabecear con violencia un centro de Parejo al segundo palo. La otra nota positiva es la evolución de Kang In Lee, el canterano marcó en su primera titularidad y ofrece cosas distintas en ataque. En cambio, la 'cruz' fue para un Guedes que desaprovechó los veinte minutos que le dio Celades.
Con el 3-1, el Valencia no supo gestionar la ventaja y se dejó empate por un Getafe al que el VAR le echó una mano en el minuto 87. Cucurella impidió el tanto del triunfo local al detener con el brazo un cabezazo en la línea de gol. El videoarbitraje no apreció la pena máxima incomprensiblemente, aunque sigue sin ser excusa para justificar una relajación en el segundo tiempo que acabó costando dos puntos. Ahora, la realidad es que la temporada en liga se está poniendo fea. Una victoria en seis partidos e instalados en la parte baja de la clasificación, el choque del próximo sábado en San Mamés es una cita francamente importante para no descolgarse de la zona alta de la clasificación.