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La postura dura de la AFE empuja a muchos clubes a decantarse por esa opción

El Elche se fija como plazo la próxima semana para decidir si opta por un ERTE por pérdida de actividad

4/04/2020 - 

ALICANTE. El Elche se ha fijado como plazo la próxima semana para tomar una decisión respecto a si pone en marcha la tramitación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de reducción de jornada y/o suspensión de contratos; impulsa una negociación con sus futbolistas para mantener su jornada laboral rebajando los emolumentos a percibir por estos; o apuesta por una solución mixta, suma de las dos anteriores y que afecte al personal deportivo por un lado y al resto por el otro. 

Esas son las principales opciones que, tal y como ha venido contando Alicante Plaza, baraja el club franjiverde para afrontar el ajuste a la baja de los ingresos como consecuencia de la paralización de la competición por la pandemia de Covid-19, junto a la posibilidad de recurrir al auxilio financiero de sus accionistas, de la banca o incluso capear el temporal sin tomar medidas especiales.

La directora general del club franjiverde, Patricia Rodríguez, no solo no descartó ninguna de las anteriores (empezando por la del ERTE) en su comparecencia a distancia del viernes, es que hizo sus declaraciones consciente del momento en que vive la negociación entre la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE): de hecho, casi a la misma hora que Rodríguez respondía a las preguntas de la prensa, la patronal se descolgaba con un comunicado animando a los clubes a presentar ERTE de reducción de jornada "por responsabilidad", mientras que el sindicato mayoritario se reunía por videoconferencia poco después con los capitanes de los clubes de Primera División (la semana que viene lo hará con los de Segunda A) reafirmando a continuación su oposición a la adopción de la anterior medida e invitando a apostar por acuerdos privados entre los trabajadores y la empresa. 

Principales pros y contras de cada opción

Si para el personal no deportivo parece claro que en el caso de aplicársele un ERTE este sería de suspensión de contratos, para el personal deportivo (fundamentalmente jugadores del primer equipo y su cuerpo técnico) la modalidad que se impone es la de reducción de jornada. En ambos casos por causa de fuerza mayor (pérdida de actividad derivada de la declaración del estado de alarma) y de acuerdo con lo establecido en el Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas extraordinarias para paliar el impacto del Covid-19. Ahora bien, existe también la opción de no recurrir a un ERTE a cambio de llegar a un acuerdo con los trabajadores (principalmente los jugadores) que también permita reducir los gastos.

La suspensión de contratos implica, entre otras cosas, que todo el personal con vinculación temporal (es el caso de los futbolistas) ve prorrogarse la duración del mismo en el mismo tiempo que haya estado vigente el ERTE, extremo sobre el que ponía el acento precisamente la directora general del Elche este viernes y que hay que ligar también con la posibilidad de que se juegue más allá del 30 de junio (aunque esas prórrogas automáticas no excluyen que haya que negociar con cada jugador (si se juega más allá de las mismas) y, desde luego, con otros clubes en el caso de cesiones). 

La reducción de jornada, por su parte, también permite rebajar el gasto en salarios pero sin que los afectados dejen de trabajar, algo importante si estos son los jugadores y se piensa en la vuelta a la competición. Ahora bien, esa reducción de jornada ha de ser de entre un 30 y un 70% de acuerdo con los establecido en el Real Decreto-ley 8/2020, unos límites que no existen en el caso de optar por acuerdos particulares con los trabajadores: esta es la tercera opción de más peso que está sobre la mesa y cuya implementación permitiría también aprovechar para abordar la prórroga de los contratos más allá del 30 de junio.

Mientras que en fútbol aficionado (de Segunda B para abajo), al no contar los clubes con músculo financiero (carecen de ingresos regulares y vivir, en su mayoría, de las aportaciones de terceros), la inmensa mayoría de ellos ha apostado por ERTE de suspensión de contrato que además afectan a todos los trabajadores (muchos clubes no llegan ni a completar la prestación de desempleo que estos perciben para que la merma en sus ingresos mensuales sea menor), en el fútbol profesional la situación es bien distinta (aunque hay excepciones, como la de Las Palmas que ha solicitado un ERTE de suspensión de contratos para la totalidad de sus empleados). 

El peso que tiene en los presupuestos el coste de plantilla deportiva ha llevado ya a alguna entidad a decantarse por cerrar acuerdos de reducción salarial con su vestuario en lugar de aplicar un ERTE: es el caso del Betis que ha pactado con sus futbolistas una rebaja salarial del 15% (lo que todo apunta a que comporta una reducción de su jornada laboral que queda fuera de los parámetros del 30-70 que establece el mencionado Real Decreto-ley para los ERTE de ese tipo). Otros clubes, como por ejemplo el Real Zaragoza, han optado por una solución mixta: un acuerdo privado de reducción de salarios con la plantilla y un ERTE de suspensión de jornada para el resto de sus trabajadores. Y, finalmente, también hay entidades como el Racing de Santander (que al igual que Las Palmas llegó a descartar hace apenas dos semanas reducciones temporales de empleo) que han puesto en marcha un ERTE de suspensión de contratos para el personal no deportivo y de reducción de jornada para el deportivo (el porcentaje en el que esta se les reduce no ha sido precisado pero sí que la rebaja salarial que comporta es del 70%). 

La opción por la que se ha decantado el Zaragoza parece la ideal para la mayoría de los clubes empezando por el Elche, pero el problema es que la postura dura que mantiene la AFE también en lo que a acuerdos de rebajas salariales se refiere (se decanta por esa solución antes que por los ERTE pero en sus contactos con la patronal no se muestra muy flexible cuando se trata de negociar cantidades) puede llevar a las entidades a decidir unilateralmente (el Real Decreto-ley 8/2020, al que se acogen los clubes, no les obliga ni a negociar con los trabajadores) solicitar a la autoridad laboral la aplicación de un ERTE del tipo que más le interese.

Las cuentas que hace el Elche

Patricia Rodríguez se mostraba este viernes esperanzada con que la posibilidad de que la competición se retome y además lo haga para disputar las 11 jornadas que restan, tal y como estaba establecido a priori. 

De no ser así, el Elche vería recortarse en un 30% sus ingresos, aunque eso no le conduciría, como también ha contado este medio, a la situación de no poder cumplir con sus obligaciones a 30 de junio: básicamente porque el 'fair-play' económico condiciona por adelantado a los clubes para que cuenten con colchón para afrontar situaciones como la anterior (extremo que confirmaba al tiempo que defendía con vehemencia Rodríguez) y, además, porque el dinero de las televisiones (6.300.000 euros en el caso del Elche) ya lo han cobrado por adelantado en su mayor parte (al club franjiverde le restarían unos 500.000 euros por percibir; los correspondientes a junio) y aunque se les puede obligar a devolver la parte correspondiente a las 11 jornadas de no disputarse (algo más de 1.200.000 euros en el caso del Elche), todo apunta a que la solución que se adoptará en todo caso será descontarles el próximo curso lo percibido de más en este. 

¿Por qué ahora?

Como aunque vuelva el fútbol y se disputen las 11 jornadas pendientes los clubes sufrirán también una merma de ingresos ("importante", decía la directora general del Elche, entre otras razones porque no está claro que se pueda jugar con público lo que les obligaría también a compensar económicamente a los abonados) y la causa de fuerza mayor (el estado de alarma, las medidas de confinamiento y la pérdida de actividad) que justificaría el ERTE está vigente ahora y precisamente el Real Decreto-ley permite aplicarlo con carácter retroactivo (al 14 de marzo, el momento en que arrancó el estado de alarma), los clubes tienen claro que el momento para la adopción de medidas es el actual aunque económicamente su problema no vaya a estar en este curso y sí en el 2020/21.

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