ALICANTE. Si todo apuntaba a que la mañana iba a ser intensa en el estadio José Rico Pérez con la esperada comparecencia del director deportivo Javier Portillo, todos los indicadores se disparaban hacia las once de la mañana cuando el entrenamiento del equipo se interrumpía abruptamente por una discusión que entre Benja Martínez y Moha Traoré que derivaba en pelea y llevaba al técnico Jesús Muñoz a dar por finalizada por adelantado la sesión.
Una "escena lamentable" en palabras de David Esteve, nuestro compañero del Diario AS, que era testigo de excepción de lo sucedido y que definía como "batalla campal, en la que han volado los puños".
"Serán sancionados, nos iremos al régimen interno", señalaba Portillo en la sala de prensa del Rico Pérez, minutos después de que hubieran comparecido en calidad de capitanes Ismael Falcón, Pablo Íñiguez y Diego Benito para "pedir disculpas por lo sucedido en nombre de la plantilla". El máximo responsable de la parcela deportiva blanquiazul apuntaba que a los implicados se les multará ("Tendrán una sanción económica grande"), pero también dejaba entrever que no se apartará a ninguno de los implicados, entre otras cosas, por la falta de efectivos con la que ha de lidiar el técnico. "Han perdido perdón a sus compañeros y a los técnicos (...) Han sido ellos dos, pero podían haber sido otros. Aquí no hay un culpable, son los 22 y lo que tienen que hacer es competir contra el rival y no entre ellos (...) luego llega el domingo y no somos capaces de hacerlo", añadía Portillo.
"Es una imagen que no se puede consentir y me comprometo a que no volverá a suceder. Si con el partido de La Nucía no hemos aprendido… Lo de hoy no se puede consentir (...) Es la hora de los hombres, pero de hablar en el campo el domingo y necesitamos a todos", señalaba un Ismael Falcón al que secundaban sus dos compañeros ante los medios. Pablo Íñiguez, por ejemplo, asegurando que "pensaba que el equipo había tocado fondo, pero siempre se puede un poco más (...) Hay que reconocer las cosas, estamos mal anímicamente. Es el momento de decir basta y nuestra labor como capitanes es elevar la voz más que nunca", al tiempo que abogaba por que lo sucedido "una a la gente que quiera trabajar, esté comprometida, que tenga amor propio (...) y el que no quiera, será su problema" y Diego Benito, asegurando que "situaciones como la de hoy no pueden pasar en ningún grupo y no volverá a pasar, no se manchará otra vez más el escudo del Hércules".
Olla a presión
El Hércules, en puestos de descenso a Tercera División, es ahora mismo una olla a presión y lo sucedido la mañana de este miércoles un buen ejemplo de lo anterior. Si durante el verano la plantilla no estuvo nunca al margen de la mala relación entre el exentrenador Lluís Planagumà y Javier Portillo, los malos resultados (el equipo solo ha sido capaz de sumar 12 puntos en 14 jornadas) han terminado de agrietar el vestuario.
En el momento en que el director deportivo y los capitanes hacían esas declaraciones, Benja se encontraba todavía en el vestuario junto a la mayoría de sus compañeros, mientras que Moha ya se había marchado (lo hizo justo tras dirigirse los capitanes al grupo). De la situación vivida sobre el césped del Rico Pérez fueron testigos también algunos aficionados que referían frases pronunciadas sobre algunos de los presentes, cargadas de reproches, que dejaban entrever que el ambiente no es precisamente bueno en el seno del grupo. De hecho, ahora se entiende por qué el entrenador ha ordenado tantas sesiones a puerta cerrada en los últimos días.