opinión / peleando a la contra

Látigo

28/10/2019 - 

VALÈNCIA. Estos días ando revisando los años 80 para ultimar la edición de Historias del Levante UD, que verá la luz en breve. El partido de ayer invita a pensar, de forma inevitable en aquella época. Tras un partido como el Llevant-Espanyol la afición levantina estaría clamandoporque el entrenador impusiera el látigo en el vestuario. Eran otros tiempos. En una temporada llegaron a sentarse en el banquillo cinco entrenadores. Como lo oyen. Ahora no va a suceder nada de eso, afortunadamente. Paco López, que en los 80 frecuentaba la grada y sabe de qué hablo, va a seguir al frente de la nave, aunque no le va a quedar más remedio que sacar el látigo… y eso que él no es muy de látigo. Es más de razonar y convencer, de seducir. Es obvio, sin embargo, que esto, que funcionó tan bien tras coger a la plantilla en crisis que dejó Muñiz, no está haciendo efecto ahora. Y la situación se va de las manos. Este Llevant tiene mala pinta. Más que por los puntos,por el calendario que hay por delante o por la posibilidad de entrar en descenso en breve, por las sensaciones que ofrece un equipo sin alma, que se cae, que se muestra a años luz de ser capaz de ofrecer el fútbol alegre, combinativo y vertical con que deslumbró a todos no hace tanto.

•••UNA PLANTILLA CARÍSIMA. Frente al Espanyol se impuso la indolencia. No significa que todos tuvieran esta actitud, pero en un equipo de once y en una liga tan competitiva como ésta, si dos o tres futbolistas no lo dan todo, el grupo lo acusa. Y así es imposible. La consecuencia es, además de la incapacidad para generar fútbol y sumar puntos, el mal rollo que se instala en el vestuario que es el primer lugar donde se detecta quien no está al nivel que debería. Conociendo algunas de las situaciones que se dan entre bastidores, ahora mismo este Llevant no va a salir adelante si Paco López no da un golpe de autoridad que dé un giro copernicano a la actitud de algunos futbolistas. O si no se los deja en el banquillo. No es de recibo que el esfuerzo del club en confeccionar esta plantilla carísima que tanto podría dar de sí, y la ilusión de una hinchada que acude en masa al Ciutat de forma continuada como no había sucedido jamás, se vayan por el sumidero por el engolamiento de unos cuantos futbolistas que se creen mucho más de lo que son, que están más pendientes de su proyección mediática que de cumplir sobre el césped. Es injusto. Para el club, para el míster, para la afición y para los propios compañeros. Y desde luego, dejar a Vukcevic en la grada y a Iván fuera de todas las convocatorias no es parte de la solución. Al contrario: es otro indicador del problema.

••• SIN NERVIO Y SIN CARÁCTER. Hay síntomas inequívocos que no invitan al optimismo. No hay que olvidar la lamentable actitud del equipo (de algunos jugadores del equipo, los mismos de ahora, básicamente) en la recta final de Muñizen el Llevant, más allá de los propios errores del astuariano. Porque aquella situación recuerda a esta como dos gotas de agua. El Llevant firmó ayer un partido lamentable, en todos los órdenes, pero lo más alarmante es que, tras el 0-1, con 60 minutos por delante, el equipo no sacó la casta ni el espíritu guerrero, no fue capaz de ejercer una presión coordinada y se abstuvo de morder al rival. Aparte de Roger que luchó cada balón, como si le fuera la vida, de Mayoral, que hizo lo propio con más o menos acierto desde que salió, de Cabaco, siempre intenso, y de Radoja, que sostuvo al equipo en la medular, nadie asumió galones y tiró del equipo. Y los que menos, aquellos a los que se les presuponen. Es una pena que Vezo, que va mejorando pero sigue lejos del nivel previo a su fichaje, ya no sea el central descarado que abronca a sus compañeros. Ese papel de capitán sin brazalete que ejerció el curso pasado vendría ahora de perlas.

••• LA ENTREGA NO ES NEGOCIABLE. Esta hinchada no canta himnos a capella, como la del Sevilla querido de Coke y Campaña, pero es la responsable de la inverosímil supervivencia de este club durante 110 años. Alguien se lo debería haber explicado al vallecano en esa pequeña gran familia que es el club. Sin caer en generalizaciones Orriols es más de juicio sereno que de artificios: sabe de sobra premiar el esfuerzo sin premio, e incluso con resultados demoledores, pero siempre condena la pereza, la dejadez o la apatía. Roger lo sabe de sobra. Por eso mientras algunos compañeros iban camino de la ducha, dando la espalda a su afición, él salió del banco y empujo a unos pocos, que se hacían los remolones, hasta el círculo central, sabiendo que esperaban más pitos que aplausos. Eso es entender el levantinismo: respetar a la afición, especialmente los días en que no se han hecho los deberes. La entrega no es negociable. En el fútbol el éxito nunca llega sin nervio, entrega y carácter. Si hay futbolistas que no lo alcanzan a comprender, es el momento de buscar soluciones drásticas. Mañana será tarde. Paco López e incluso Quico Catalán son los responsables de aplicarlas. Es hora de disciplina y látigo. 

Siempre hay que tener presente, en el fútbol y en la vida, aquella máxima náutica: riesgo de abordaje sin cambio de rumbo, colisión segura.

CLAVES, por Borja Bens

••• Radoja ha sido el jugador más activo del partido: colaborando en defensa, repartiendo juego, robando balones y cubriendo posiciones.

••• El resultado podría haber sido más abultado si no llega a ser por Aitor y el larguero.

••• Con alguien más trabajador sobre el campo, como Vukcevic, ayudando a Radoja, la banda de Coke, que ha sido por donde ha entrado casi todo el ataque de los pericos, se hubiera visto mas cubierta y con más libertad para las subidas del lateral.

••• El Espanyol ha recibido muy pocas amonestaciones a pesar de cometer 26 faltas y haber interrumpido constantemente el juego, interfiriendo en toda clase de saques a balón parado, que nunca han sido penalizados.

EL COMENTARIO, por Borja Bens

La victoria hoy era trascendental, cómo había declarado el míster durante la semana. El ritmo que han mostrado algunos jugadores queda muy lejos, sin embargo, del que se impone para un partido trascendental, y el once alineado por Paco López también. Vukcevic ha visto el partido desde la grada después del gran nivel en el que se encontraba; Coke ha vuelto al once después de que Miramón hubiese sido titular la mayoría de los partidos. Por último los cambios: se retira a Roger, que se deja la piel desde el minuto uno, y a Rochina, que, con uno de sus pases, es capaz de cambiar el signo de un partido y no sale Bardhi, uno de los mejores lanzadores de faltas que ha visto desde el banco un montón de balones parados desaprovechados.

UNO A UNO: Aitor (5); Coke (3) (Miramón (sc) 82'), Vezo (6), Cabaco (6), Clerc (5); Rochina (6) (Mayoral (5)62'), Campaña (3), Radoja (8); Hernani (5), Roger (6) (León (4) 62') y Morales (4).

Paco López (4).

Llevant 0-1 Espanyol

Orriols (19.000 asistentes)

0-1 Bernardo 39'.

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