opinión

Reconstrucción

19/10/2019 - 

VALÈNCIA. Por fin vuelve el fútbol a nuestros fines de semana. Todos esperamos que el parón FIFA le haya venido bien a Celades para trabajar con la plantilla e incidir en conceptos que, por su abrupta llegada, no tuvo tiempo de trabajar hasta ahora y que, partido a partido, empezando por el de esta tarde en el Metropolitano, podamos asistir a la mejora de un Valencia más solvente y competitivo. 

El feudo del Atlético de Madrid es poco propicio a las alegrías del valencianismo y no será tarea fácil por la envergadura del rival y la intensidad que Simeone imprime siempre a su equipo pero tampoco lo era el Nuevo Estadio De San Mamés y allí el Valencia sí supo ofrecer su versión más competitiva haciendo saltar todos los pronósticos. Conquistar tres puntos hoy en Madrid, supondría un avance considerable en la clasificación, empatando a puntos con el propio conjunto colchonero, y un espaldarazo para el equipo y su entrenador que tratan de salir airosos de una crisis incomprensible en la que se han visto inmersos por obra y gracia de una propiedad dedicada en cuerpo y alma a la destrucción de todo aquello que funciona razonablemente. 

Con todo ello, y no es fácil, debe apechugar Celades y también la plantilla que va a tener que arropar al inexperto entrenador para que no sea atropellado por los acontecimientos y pueda, en la medida de sus posibilidades, sacar adelante una temporada que ha empezado innecesariamente accidentada pero que nunca puede estar exenta de lo verdaderamente importante y lo importante es la ilusión que anida en el interior de todos y cada uno de los valencianistas ante la posibilidad de ver a su equipo triunfar en el campo que… al fin y a la postre es en lo que consiste esto del fútbol y el amor a unos colores. Por la cabeza del técnico catalán pasarán , posiblemente, en estos momentos un buen número de intenciones y también de incertidumbres ante un partido difícil e importante a partes iguales. 

Aunque han caído Guedes y Rodrigo, que obviamente fue forzado innecesariamente en la Selección..., afortunadamente la enfermería se va vaciando y eso, más allá de conllevar algún quebradero de cabeza para el entrenador, le confiere mayores combinaciones y posibilidades para acometer con éxito el difícil encuentro de esta tarde que no es sino el primero de una larga lista de partidos en los que el Valencia debe dar la medida de lo que será en esta temporada y… como eso es lo verdaderamente debería ocupar a todos, sería conveniente que desde el puente de mando del Club no lo perturben demasiado para que se pueda centrar en el trabajo y no en apagar los incendios que el presidente va dejando a su paso. 

Por cierto que el Presidente ha vuelto a viajar a Singapur para recibir instrucciones y, deseando que no haya vuelto cargado con otro bidón de gasolina, andamos a la espera de conocer el paquete de ingeniosas medidas que debe traer en su maleta que vengan a recomponer lo que ellos mismos, inexplicablemente, han destruido. 

Mateu Alemany ya es historia en el Valencia porque, a falta de certificar su desvinculación definitiva, ya hace un tiempo que no pinta nada en el Club y, siendo quien devolvió al Valencia a la senda de la normalidad, es de vital importancia que los señores que han venido a mal gobernar el Valencia, ahora que ya han dejado muestras palpables de su capacidad destructiva, demuestren si son capaces de reconstruir una estructura mínimamente fiable para que el Valencia que está por venir tenga algo más que ver con el que hizo Alemany y no con el circo que vivimos de la mano de Meriton en sus dos primeras temporadas al frente del Valencia CF.

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