ALICANTE. Poco antes de las ocho y media de la tarde, en la sala de prensa del estadio José Rico Pérez, Juan Carlos Ramírez hacía oficial la destitución de Gustavo Siviero como entrenador del Hércules.
"Es un gran entrenador, gran profesional y mejor persona pero actuamos creyendo que es lo mejor para el Hércules" señalaba el presidente del club blanquiazul que, todo y la decisión adoptada, asignaba a la plantilla y no al preparador argentino una mayor cuota de responsabilidad: "Siviero tiene un diez por ciento de culpa (...) hay cuatro o cinco que deberían irse con el entrenador (...) menos golpes en el pecho y besarse el escudo y más implicación".
Ramírez también ponía el foco en la preparación física y es que en las últimas jornadas, a los jugadores las piernas no les responden en las segundas partes. El empresario vasco aseguraba que ve al Hércules "muerto (...) con la soga al cuello" pese a que solo estamos en octubre y dejaba claro el perfil de técnico que desea que se haga cargo del equipo: "Un entrenador con carácter (...) Hay que olvidarse de tanto toquecito que estamos en Segunda B (...) quiero un equipo de guerreros que meta el pie".
"No sé si iremos a mejor, pero a peor seguro que no. No podemos repetir el error del año pasado y no cortar a tiempo esta sangría", sentenciaba el empresario vasco que a última hora de la noche permanecía reunido con Javier Portillo y Carlos Parodi en las oficinas del club.
Este lunes se espera que el club haga oficial el nombre del nuevo entrenador. La plantilla no va a contar con descanso y es que está citada a las de la mañana para ejercitarse bajo la dirección de Carlos Luque. Antes está previsto que Siviero se despida de los jugadores. Eso sí, el técnico argentino no necesitará ya pasar por su despacho a recoger sus efectos personales y es que, hacia las diez de la noche, abandonaba el estadio con con ellos y en compañía de su segundo.