ALICANTE. El 5 de julio expiraría el plazo que le marcó la Agencia Tributaria a Juan Carlos Ramírez, para firmar un acuerdo de aplazamiento de la deuda del Hércules respaldado con sus garantías.
Como adelantó Alicante Plaza el pasado jueves, la Agencia Tributaria no quiere esperar y solo acepta por tiempo limitado, hasta el miércoles, la oferta del empresario vasco y presidente del club blanquiazul, con garantías que le seducen de sobra (reales, personales y un aval bancario "si fuera necesario"): desde el fisco insisten en que ya le trasladaron que no están dispuestos a entrar en un tira y afloja, toda vez que consideran el asunto de la celebración de la subasta (Ramírez condiciona la firma del acuerdo a ser el adjudicatario) como una cuestión paralela a la deuda que mantiene el Hércules con ellos. Es decir que o se firma ahora el borrador pactado o ya no se firma.
Por si con lo anterior no fuera bastante, encima el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) se descolgaba la semana pasada reclamando, en relación con la subasta, una documentación con la que la Fundación no contaba y que elabora a toda prisa: el IVF asegura que si no se aporta esa documentación este lunes (la Fudación confía en lograrlo) no habrá subasta hasta septiembre.
Ortiz y Ramírez no quieren arriesgar, por ahora
La postura de Enrique Ortiz y su socio de no querer cerrar ningún fichaje, ni siquiera poner en marcha la campaña de abonos, mientras no se levante el embargo de la Agencia Tributaria (es decir, se firme el acuerdo de aplazamiento, algo que a su vez encadenan al destino de una subasta que se ha perdido en las semanas), es tan legítima (la de no querer arriesgar el propio patrimonio) como contraria a los intereses del Hércules que, a dos semanas para el arranque de la pretemporada y menos de 60 días para que se inicie el curso liguero no ha renovado, ni incorporado a ningún jugador, de hecho carece de entrenador.
Teniendo presente que el club blanquiazul no es el único sobre el que pesan embargos del fisco y que no hay ningún impedimento, más allá de las lógicas reservas de la contraparte (el jugador de turno que se preguntará cuándo y cuánto va a cobrar), para firmar contratos con nadie, lo normal es que si Hacienda y Ramírez mantienen sus respectivas postura, el Hércules empezará a fichar ante el riesgo de quedar descolgado antes de empezar la competición. El fisco habrá de esperar a que se resuelva la subasta de manera favorable a Ramírez y Ortiz y el primero, entonces, volver a presentar una oferta que si hoy para la Agencia Tributaria es válida, dentro de un mes también tiene que serlo (aunque sea fuera de "su plazo").