VALÈNCIA (EP). El expresidente del Valencia C.F. Vicente Soriano ha asegurado que el confidente de la Policía y acusado en la causa Rachid Behdaoui se reunió con él para avisarle de que el otro expresidente che Juan Bautista Soler quería "hacerle daño" por el "problema económico" que ambos mantenían a raíz de la deuda generada por la venta de un paquete de acciones del club valencianista.
En concreto, ha relatado que Rachid le explicó que el plan de secuestro supuestamente encargado por Soler contemplaba esperarle a la salida de la cafetería en la que desayunaba, meterle en un furgón, sedarle y llevárselo a Francia para, una vez cruzada la frontera, chantajearle a él mismo y a su familia para que pagara la deuda.
"Y después dejarme tirado en una gasolinera con dinero y drogas. Me dijo que querían contarme dedos y orejas", ha afirmado Soriano. Así se ha pronunciado Soriano este jueves en este juicio, que se está repitiendo por orden de la Audiencia de Valencia tras la aparición de Rachid Behdaoui, confidente de la Policía, del que se tuvo conocimiento que se encontraba en prisión preventiva en Gibraltar como sospechoso de un robo a mano armada. Rachid ha sido trasladado de forma temporal para estar presente en la vista.
En este procedimiento hay cuatro acusados: Soler, Rachid, el empresario italiano Ciro d'Anna y el ciudadano magrebí Abdellatif Laarouibi, conocido como 'Tati'. Fiscalía solicita para Soler y los dos empresarios nueve meses de prisión por un supuesto delito de detención ilegal.
La acusación particular, que representa a Vicente Soriano, demanda ocho años para Soler, D'Anna y 'Tati' por el secuestro, mientras que seis años de cárcel por el mismo delito para Rachid, aunque con la atenuante de haber colaborado en la investigación.
Soler declaró este pasado miércoles y dijo que siempre se negó a "participar en nada ilegal", pese a que incluso recibió "amenazas veladas" para que fuera parte del operativo para el rapto y justificó que no acudió a denunciar estos hechos porque "tenía mucho miedo" a recibir "represalias".
En su declaración de este jueves, Soriano ha relatado que a principios de abril de 2013 se presentaron dos agentes de la Policía para decirle que necesitaba "protección" y concertaron una reunión entre este y el comisario. En ese encuentro, el mando policial le comunicó que su integridad física estaba "en peligro por un asunto económico". "Me quedé totalmente perplejo. Yo jamás le he hecho daño ni a una hormiga", ha agregado.
El comisario le recomendó que cambiara sus hábitos y saliera lo mínimo de su casa, además de que le preguntó si era posible que se marchara dos meses de viaje y que no comunicara a nadie el destino. Soriano ha confirmado que no abandonó València, pero sí evitó salir de su domicilio, cambió de lugar para tomar café y dejó de ir los domingos por la tarde a misa para ir por las mañanas.
Le preguntó también el comisario si sabía de alquien que pudiese querer hacerle daño por cuestiones económicas y, pese a que en principio no supo contestar, al final pensó que podía ser Soler. "Porque teníamos un problema económico, aunque no intencionado", ha justificado.
"En una tercera visita me dijeron que había ido un investigador privado que se había identificado como Richi. Le llamé y vino a mi despacho. Era Rachid, que me contó de buena voluntad y con toda la afabilidad del mundo que había una persona, Soler, que le había encargado un trabajo para hacerme daño. Que tenía documentación de una reconocida deuda judicial y que Soler es muy mala gente y me quería hacer daño sea como sea", ha declarado.
También ha puesto de relieve Soriano que Rachid le dijo que llevaban más de cinco meses vigilándole y que habían cubierto de laca la cámara del colegio Dominicos de València, frente al cual pensaban comenzar el secuestro. Le dijo también que Soler "había montado el secuestro".
Durante su testimonio, Soriano ha negado que le ofreciera a Soler 15 millones de euros en metálico, tal y como explicaron varios de los acusados en la jornada previa. "Eso es una total incoherencia", ha denunciado. Además, ha destacado que él no es "muy de psicólogos" pero su familia y él mismo han pasado "un infierno" por todo esto.
Tras Soriano, ha sido el turno de dos agentes de Policía que dirigieron la investigación y que han declarado como testigos. Ambos han señalado que antes de este asunto, conocían a Rachid porque le habían detenido en varias ocasiones por robos con violencia en casas y asuntos relacionados con el narcotráfico. Rachid, han apuntado, contactó con ellos: "Nos contó una historia bastante rocambolesca. Que había sido captado por un grupo entre los que estaba Soler, otro empresario importante y un abogado de Madrid, para secuestrar a Soriano por la deuda con Soler y con otros empresarios".
Asimismo, les hizo entrega de un dosier de un detective privado, encargado por Soler sobre Soriano, en el que figuraban números de cuentas en Andorra, Suiza, Londres y Panamá y el primer agente ha comentado que "todo apuntaba a que la mujer que aparecía era la testaferro de Soriano".
El agente también ha relatado cómo les informaron de que la idea de los encargados del secuestro, supuestamente una banda de colombianos procedentes de la guerrilla, era "contratar a un enfermero para mantener a Soriano vivo durante el trayecto" y que, posteriormente, planeaban trasladarle a Panamá con el fin de "transferir el dinero de las cuentas de Soriano a otras cuentas".
Asimismo, Rachid les contó que en otra reunión, sin embargo, en la que habrían participado él mismo, Soler, Ciro d'Anna y un asesor del expresidente y en otro encuentro posterior al que se habrían sumado 'Tati' y un conocido abogado valenciano, se habría comentado que la idea del secuestro era colocar a modo de "fondo de pantalla" una caja de cartón para introducir a Soriano en el furgón, para después llevárselo a un bajo comercial.
En otra reunión, Rachid dijo que 'Tati', el abogado valenciano y Soler eran "los ideólogos del secuestro" y que el letrado "sería el encargado de abrir las cuentas en Madrid" para recibir el dinero de Soriano.
En el último de estos encuentros, la Policía colocó a Rachid una grabadora --ya que este se ofreció a ello, según el agente-- y en este caso participaron el propio confidente, Ciro D'Anna y Soler. Según declaró Rachid este miércoles, allí Soler le propuso "abortar" el operativo y aseguró que borró esa parte antes de entregarle la grabación a la Policía y trató así de limitar la responsabilidad del exdirectivo valencianista.
Esta declaración, ya como acusado, difirió sustancialmente de las que había prestado anteriormente en calidad de testigo protegido.
Los dos agentes que han comparecido este jueves han sostenido con insistencia en que la grabación "no fue cortada". "Para nada. No se detecta ningún corte, es fluida", ha dicho uno de ellos.