Adiós a Calleja, el entrenador de la racha histórica y el no ascenso dramático  

VALÈNCIA. El inmovilismo mató a Javi Calleja en su segunda temporada al frente del Levante. El técnico ha hecho del cuadro granota, este curso, el rey del empate en la Segunda División y las sumas de uno han acabado por significar el fin de su periplo en Orriols. Eso, unido a la alarmante capacidad de hacer gol y la gran diferencia entre las primeras y las segundas partes -lo que ha evidenciado en numerosos partidos una falta de improvisación y adaptación al transcurso de los mismos-, se han llevado por delante el proyecto que este verano ratificó Felipe Miñambres pese a las dudas del propio técnico tras la desilusión del no ascenso. 

Calleja pasará a la historia del Levante como el entrenador de aquel drama consumado en el Ciutat, cuando el Alavés privó al conjunto valenciano de regresar a la élite un año después en el descuento de la prórroga. Probablemente, las retinas granotas más veteranas no recordarán un drama mayor, por el batacazo deportivo y, sobre todo, el desierto económico que dejó el hecho de jugar un año más en la categoría de plata.

De hecho, esa apretón repentino y veloz que Felipe Miñambres hubo de abordar sobre la planificación de plantilla de la siguiente campaña fue una de las razones que mermó la motivación del entrenador por despertar al equipo del luto sobre el verde. No había transcurrido siquiera una semana, y Calleja conoció de primera mano, junto a los mismos futbolistas, las ventas que se iban a acometer durante el mercado estival. Pepelu fue el primero y más temprano, mientras que otros daños colaterales como la imposible incorporación de Vicente Iborra por motivos de Fair Play también hicieron mella.

En otro orden, Calleja también formó parte del récord de invencibilidad que inició el propio Miñambres tras el cese de Mehdi Nafti y que terminó en 20 partidos consecutivos sin conocer la derrota en Liga. La plusmarca también la apuntó el preparador de Alcalà de Henares en su currículum, aunque de esos resultados ocho fueron empates que, a la postre, no sirvieron para clasificar entre las dos primeras plazas. Eso, pese a ser el único que embolsó tal cantidad de encuentros sin perder. En esa primera derrota de Calleja en el campeonato liguero, el pasado 4 de marzo en Huesca, algo se rompió. El equipo no volvió a ser el mismo, se abonó a las tablas y acabó con la lengua fuera para tratar de asaltar una posición de ascenso directo que se escurrió por diferencia de goles con Las Palmas.

Calleja cierra, tras empatar en Ferrol, su periplo más longevo en un banquillo profesional. Con 68 encuentros a sus espaldas, el respetable de Orriols empezó a hartarse y acabó haciendo sonar de manera clara la música de viento en la pasada visita del Leganés a la ciudad. Antes, el entrenador madrileño había completado dos etapas distintas en Villarreal con 65 y 66 choques cada una, y 29 en un Alavés al que salvó del descenso, pero cuyo rumbo no supo mantener la temporada inmediatamente siguiente.