VALÈNCIA. El director deportivo del Levante, Felipe Miñambres, asumió el reto desde el banquillo de colocar a su equipo entre los que peleen por subir a Primera después de haber despedido el pasado lunes a Javi Calleja, aunque al cuadro valenciano solo le ha salido bien un cambio con la competición en marcha en dos ocasiones en las diez últimas temporadas.
Sólo Paco López en 2018, cuando se convirtió en el relevo de Muñiz, y Lucas Alcaraz en 2014, cuando sustituyó a Mendilibar, consiguieron el efecto deseado en el banquillo del Levante y corrigieron la mala marcha del equipo. En cambio, hasta en cuatro ocasiones más, con las llegadas de Rubi, Pereira, Alessio y Calleja, el plan de cambiar de entrenador no funcionó.
Dos de estas poco exitosas operaciones tienen la firma de Miñambres, que en verano de 2022 apostó por Medhi Nafti y tuvo que prescindir del tunecino después de un mal inicio de temporada.
La apuesta por Calleja no salió del todo bien, porque el curso pasado se quedó a las puertas de subir a Primera y ahora ha sido despedido a falta de quince partidos y con el Levante fuera de la zona de promoción de ascenso.
Una de las dos veces en las diez ultimas temporadas en las que al Levante le funcionó el cambio en el banquillo fue en la campaña 14-15.
El vasco José Luis Mendilibar empezó con la permanencia como único objetivo, pero sólo después de ocho jornadas, en las que logró una victoria, por cinco derrotas y dos empates, el entonces director deportivo, Manolo Salvador, le destituyó y firmó a Lucas Alcaraz.
El preparador andaluz cogió al Levante penúltimo, pero empatado a puntos con equipos que estaban fuera del descenso, y después de una temporada discreta y muy irregular logró salvar la categoría con solo dos puntos de ventaja respecto al tercero por la cola.
No tuvo la misma suerte Rubi, que fue el sucesor de Alcaraz en la novena jornada de la liga 15-16. El preparador catalán llegó a un Levante en la última plaza, con un vestuario poco comprometido, y fue incapaz de reconducir la situación y el cuadro valenciano descendió a Segunda tras perder en Málaga a falta de dos jornadas por disputarse.
Pasaron casi dos años hasta la siguiente destitución en el Levante. Muñiz, que había logrado un brillante ascenso a Primera en abril de 2017, comenzó bien la temporada 17-18, pero su equipo estuvo sin ganar entre noviembre de 2017 y marzo de 2018 y un empate en casa ante el Espanyol (1-1) propició su despido pese a estar un punto por encima del descenso.
Llegó Paco López, que pasó del filial en Tercera División a Primera, y con ocho victorias en las últimas once jornadas del campeonato obtuvo una salvación holgada. El valenciano consiguió la permanencia otras tres temporadas más, pero no ganó en las primeras ocho jornadas del curso 21-22 y fue despedido.
No le salió bien el cambio al Levante, que apostó por un casi desconocido Javi Pereira. El extremeño no venció en ninguno de los siete partidos que dirigió al conjunto levantinista y fue sustituido por el entrenador del filial, el italiano Alessio Lisci. Tampoco éste cambió la racha del Levante y firmó, en el Bernabéu tras caer goleado por 6-0, el descenso a Segunda.
Miñambres había llegado al Levante en febrero de 2022 con Alessio en el banquillo y pese a que a punto estuvo de despedirlo, decidió mantener al italiano hasta final de temporada. Con el curso acabado, apostó por Nafti primero y luego por Calleja y ninguna de las dos opciones le ha salido bien.