CORNELLÀ DE LLOBREGAT (EFE). El entrenador del Elche, Jorge Almirón, dijo tras el empate contra el Espanyol en el RCDE Stadium (2-2) que "es normal que la ansiedad" por ganar de su equipo lleve a sus jugadores a tomar "decisiones apresuradas" y señaló que sus futbolistas necesitan "un poco más de tranquilidad".
El preparador argentino destacó que se hizo "un gran esfuerzo" y recordó que su equipo llegaba a este encuentro "tras un partido muy duro contra el Real Madrid". En este sentido, Almirón comentó que el cansancio "se sintió" en el tramo final del duelo.
El técnico manifestó que el empate del Espanyol tras el 0-1 de Milla a los once minutos era "evitable" porque "el equipo estaba bien parado". Después, destacó, el choque se convirtió "por momentos en un partido de ida y vuelta".
Por otra parte, Almirón valoró el cambio de Fidel, que jugó 23 minutos tras entrar al descanso: "En la jugada del segundo gol se da cuenta de que ya no puede seguir al adversario. Él pide el cambio y es una baja sensible para nosotros. Veremos la evaluación del doctor".
Diego Martínez: "Es inexplicable"
Por su parte, el entrenador del Espanyol, Diego Martínez, calificó de "inexplicable" el empate por las facilidades que dio su equipo al rival para que Verdú empatara en el minuto 82.
El técnico gallego no encontró justificación para los errores de los blanquiazules en el tramo decisivo: "Lo entrenamos, lo trabajamos y ponemos vídeos. No hay explicación y así es muy difícil sumar de tres en tres. Habíamos hecho lo más difícil, que es conseguir el 2-1. Cometemos un error que no se puede cometer en Primera".
El preparador blanquiazul no puso paños calientes y se mostró comprensivo con "el malestar, el enfado y todas las cosas negativas" que, apuntó, "todos" tienen "encima". "Luchamos contracorriente, pero con 2-1 no se te puede escapar este partido", reflexionó.
Diego Martínez, en cualquier caso, apostó por seguir remando: "Nadie se rinde. Hay que asumir las críticas, lo hago como entrenador y máximo responsable. Debemos seguir peleando y luchando porque hay que levantarse. Los momentos difíciles nos deben hacer más fuertes".
La seguridad defensiva del Espanyol es una de las asignaturas pendientes del bloque y el responsable del banquillo reconoció que "la sensación que queda" es que cada error que tiene el equipo "cuesta un gol". "Necesitamos puntos que nos den confianza. Cuesta muchísimo ganar un partido", agregó.
Finalmente, preguntado por si sus cambios fueron acertados, el gallego apuntó que entiende que "todas las percepciones", después de este resultado, "van en negativo". Sin embargo, explicó que la plantilla contaba con "jugadores muy cansados" tras una semana con tres partidos.