/ OPINIÓN

Amar es para siempre

29/09/2021 - 

VALÈNCIA. Os tengo que confesar algo, no tenía ni idea de qué iba a escribir en el día de hoy. Le daba vueltas a lo del estadio, Porxinos, la afluencia a Mestalla o el porqué de las cosas que pasan en el entorno valencianista. Todo ese jaleo mientras llevaba a mi hijo al cole. De pronto se puso a tararear una canción que me inspiró más de lo que imaginaba:

“Amar es para siempre, haz memoria
Amar es para siempre
Nuestra historia, es una historia de amor tú y yo
De amor tú y yo y de luz…”

¿Destino? ¿Casualidad? ¿Cómo mi hijo de 3 años había escuchado esa canción si a la hora en la que emiten esa serie está en el cole? Él dice que es de casa de sus yayos, yo creo que apareció para ilustrarme en este artículo. Y es que me vino a la mente que, cuando uno ama al Valencia CF es para siempre. Por muy difícil que se pongan las cosas.

Amar es para siempre, es una serie que cuenta ya con más de 2000 capítulos, que se emite en Antena 3 y que habla sobre la vida durante el final del franquismo y el inicio de una nueva etapa en España. De las cosas que pasan y cómo se desenvuelven ante ellas. De cómo intentaban ser felices y a la vez adaptarse para pelear contra las injusticias de la época con los recursos que tenían.

Bien, pues es que me puse a ojear la serie y os tengo que decir que no tiene nada que envidiar al entorno valencianista. Aquí estamos atados a una dictadura, la de un máximo accionista que hace y deshace. No lo vamos a negar ni a maquillar. Es la realidad que viene dada por los errores en el pasado. En el club hay mucha gente trabajando al máximo para que todo vaya genial, pero la última palabra siempre la tiene el dueño de las acciones –por mal que nos pese- con todo lo que ello implica. Pero eso no nos debe impedir vivir, luchar y amar unos colores como son los del Valencia CF. Se puede criticar cosas de la gestión o el modelo existente y, a la vez, querer al club por encima de todas las cosas.

Veo estos días cómo hay gente que señala por cosas absurdas o discute y se pregunta por qué la gente va o no va al campo. Tiene fácil explicación: Son del Valencia CF. Ni son de Meriton, ni de Marcelino, ni de Bordalás… son del Valencia CF y eso está por encima de todas las cosas, por y para siempre. Pero es que, los que no van, tampoco son menos valencianistas. Simplemente prefieren otra opción por el motivo que sea. Cada uno, se adapta de la manera que cree conveniente a la época que estamos viviendo, pero lo que es injustificable es que haya reprimendas entre unos y otros.

En la serie, las historias de amor y desamor vienen ambientadas y condicionadas esta temporada por un tiempo de construcción política y cultural. Una época de transición en la que amanece un nuevo orden social fruto del entendimiento, la razón y la cordura. Sectores y grupos que jamás se entenderían, hacen lo imposible para llegar a un acuerdo que sea beneficioso para buscar un futuro mejor. Justo lo que debería imperar en el valencianismo, tanto por parte de la afición como por parte de la prensa –que debemos hacer mucha autocrítica también sobre nuestra labor-.

Está claro que no vamos a poder cambiar –al menos de momento- a quien toma las decisiones o quien las ejecuta. Pero sí podemos adaptarnos a la situación y luchar contra lo que consideremos que no es justo de la manera más respetuosa e inteligente. A las bravas no se consigue nada ni aquí, ni mucho menos en la época de la serie.

Tampoco hay que hacer un drama cuando el equipo pierde algún partido. La serie se sitúa en gran parte en la transición y se puede observar cómo se adaptan los personajes a esos nuevos tiempos con nuevos objetivos con el sacrificio que ello conlleva. Cómo no pierden la fe en mejorar aquello que años atrás fue un desastre utilizando los pocos recursos que tienen por la dureza de la época. Justo lo mismo que pasa con Bordalás. Ahora tenemos un equipo en construcción, estamos en esa transición y debemos entender que todo lleva un proceso. El técnico alicantino ha conseguido que el equipo compita en tiempo récord. Esta plantilla corre y lucha y, para mí, ya es un gran paso haciendo memoria de lo que hemos sufrido estos dos últimos años. Hay cosas que corregir pero poco a poco estoy convencido de que llegarán los éxitos y volveremos donde merecemos.

Dicho esto, no sé con qué me sorprenderá mañana mi hijo cuando lo lleve al cole, aunque más curioso habría sido que cantara “Amar en tiempos revueltos” que era la precuela y habría encajado con el año pasado a la perfección. Porque revueltos fueron un rato los tiempos sin lugar a duda…

En definitiva, hagamos memoria de todo lo que hemos conseguido juntos como afición. Aprendamos de los aciertos y también de los errores, porque tenemos una historia que no debemos olvidar. Esté quien esté, pase quien pase, amar al Valencia CF debería estar por encima de todas las cosas. Por y para siempre.

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