VALÈNCIA. El Villarreal logró su primer triunfo de la temporada (0-1) tras imponerse a domicilio al Leganés en un enfrentamiento donde fue de menos a más ante un rival que terminará la jornada como colista.
Pese a ser solo la cuarta jornada el partido cobraba una trascendencia especial. Para los locales, porque necesitaban puntos con los que afrontar de forma tranquila un duro calendario venidero. En el caso de los visitantes el motivo era su mal comienzo, por debajo de las expectativas de un conjunto que cada año aspira a los puestos europeos.
De la necesidad hicieron virtud los blanquiazules, mucho más entonados en la puesta de largo. Intensos en la presión y dominadores del esférico, encontraban en el balón parado su forma más efectiva de amenaza.
No era la única ya que los pases en largo de Rubén Pérez eran asimismo arma intimidatoria. Uno de ellos obligó a salir de su área a Sergio Asenjo para adelantarse a El Zhar cuando este enfilaba ya la portería. El marroquí, siempre móvil, era un auténtico dolor de cabeza.
De su espíritu batallador nació una nueva oportunidad cuando ganó por velocidad a su par en el costado diestro y puso un centro al segundo palo. Remató el uruguayo Rolán y el rechace, tras tocarla un zaguero, lo enganchó Gumbau rumbo a las manos del portero. El mismo destino corrió el primer intento del Villarreal, un golpeo potente de Layún que iba a puerta.
Este último acercamiento testimonial encontró respuesta, otra vez por medio de El Zhar. El inspirado extremo fracturó de nuevo a los amarillos por la derecha, cambió el balón de banda y acabó el mismo la acción ya en el área con un tiro que rozó el palo. Asenjo solo pudo hacer la estatua.
Protagonismo tuvo sin embargo el portero al filo del descanso cuando se estiró para despejar un cabezazo picado de Carrillo. En el saque de esquina resultante la volvió a tener por alto el punta argentino, pero su testarazo se marchó fuera por poco.
Al verde retornó el Villarreal con una cara nueva, la de Fornals en lugar de Raba. Pero casi no había tenido tiempo de sudar el centrocampista cuando vio como a su equipo le señalaban penalti por mano de Layún a disparo de Rolán. Asumió la responsabilidad Carrillo y le pegó demasiado alto.
Repuestos del susto, comenzaron los castellonenses a mostrarse más alegres y verticales. Fornals mediante un intento raso y Costa con una volea desde la frontal que acarició el palo demostraron que había voluntad de cambio.
A la fiesta se unió Bacca, haciéndose con el sitio de un intrascendente Toko Ekambi. Y como suele suceder con todo aquel que tiene el gol como oficio, no necesitó mucho para hacer diana. Adelantándose a Carrillo en una falta lateral ejecutada por Layún, el colombiano peinó lo justo para ponerla lejos del alcance de Cuéllar.
En desventaja, Pellegrino miró al banquillo y apostó por Óscar Rodríguez. Debutaba el canterano madridista y a punto estuvo de hacerlo por la puerta grande, poniendo a prueba a Asenjo con un golpeo lejano especialidad de la casa.
No mermó ese aviso las ganas de ampliar la renta que tenían los visitantes. Bacca, en una contra, obligó a intervenir al portero. Más se acercó Layún, quien se encontró con la madera en un impecable lanzamiento de falta desde la frontal.
Parecía todo sentenciado pero en el último aliento a punto estuvieron de resucitar los madrileños. Primero cuando Santos cabeceó a la red un centro de Juanfran, diluyéndose la alegría desbordante de la grada al anularse el tanto por fuera de juego. Luego con un tiro de Óscar Rodríguez que tocó el lateral de la red. Final agónico sin premio para un equipo que seguirá necesitado de buenas noticias.