VALÈNCIA. Bala perdida es el nombre de un vino alicantino de la bodega valenciana Arráez. Y sobre todo, es el título del primer –y muy galardonado– largometraje del director granota Pau Martínez, con actores en el reparto de la talla de Juanjo Puigcorbé, David Carradine o Mercedes Sampietro. De hecho, el vino es un homenaje a la película. Durante todo el Llevant-Alavés no se me fue de la cabeza. Bala perdida. Ocasión desperdiciada. Y más y más a medida que avanzaba la segunda mitad.
El Llevant firmó un partido nefasto ante un rival muy limitado, un Alavés que llegaba al Ciutat para ser la víctima propiciatoria que disparara la ilusión del levantinismo durante una semana que prometía ser mágica y que, con este traspié, podría acabar siendo agónica. El equipo vuelve a fallar cuando tiene la oportunidad de dar un salto cualitativo, con una falta de ambición y una indolencia aterradoras. Ayer también se vieron, además, unas cuantas costuras, que apuntan desde hace tiempo y que Paco López no ha acertado a restañar. O si lo ha conseguido en algún momento, se reabren, cíclicamente.
La primera sorpresa del mediodía fue la alineación, con Bardhi, en el mejor momento de su carrera, fuera del once; la segunda es que Toño, tan frágil en defensa como de costumbre, se haya hecho con el lateral izquierdo. Lo del 3 cuesta de comprender. Lo del macedonio tiene una explicación lógica y, no por ello, satisfactoria: como Mayoral, Campaña, Morales y Melero son intocables y el equipo no puede prescindir de Roger ni Radoja, se opta por un 4-2-4, con Morales y Campaña en bandas, completamente estériles, y con Melero y Radoja solapándose en el centro.
Hay dinámicas muy preocupantes, que a menudo quedan sepultadas por los buenos resultados. La defensa titularísima de este equipo, que sería probablemente la formada por Miramón, Vezo, Pier (o Cabaco, en su mejor nivel) y Clerc no ha jugado en todo el año; por decisiones técnicas y especialmente por lesiones. Los cuatro que saltaron ante los babazorros hicieron aguas, en los contragolpes alavesistas y a balón parado, donde las marcas fueron, de nuevo, impropias de un equipo de Primera.
En la medular, nada nuevo: Radoja sostiene al equipo, mueve el balón y es quien traspasa la medular para mirar la portería contraria, además de responsabilizarse de las ayudas; Melero, que puede llegar a ser un puntal del equipo, sale de una lesión y está lejos de su mejor momento; y Campaña se borra cuando el equipo más le necesita. Con el Llevant perdiendo, ¿cuántos pases de riesgo intenta?, ¿cuántas veces pide el balón para jugarlo con profundidad a las bandas?, ¿cuántas veces pisa el área…? Arriba, al menos, con mayor o menor acierto, Mayoral y Roger se dejan la piel en cada partido, intentando abrir grietas en la defensa rival, aunque ayer apenas tuvieron opciones. Morales sigue desaparecido, como durante todo el curso.
Paco López se equivocó en su planteamiento y no corrigió sobre la marcha. Demasiados futbolistas, también es cierto, ofrecieron un rendimiento muy por debajo de lo esperado. Así, el Llevant firmó uno de sus peores partidos del curso. Apenas conectó algunos remates sin peligro y trenzó un par de ocasiones: una combinación Roger-Campaña con un pase de la muerte inocuo, y sobre todo el cabezazo que desaprovechó León solo ante Pacheco.
El Alavés mereció, más que la victoria, la goleada. Sin hacer gran cosa. Hay mucho que analizar y muchas vías de agua que atajar para no volver a mostrar a nuestro Mr. Hyde. Mucho trabajo para Paco López. Mucho que modificar. De fondo y de forma. Muchos futbolistas a los que leer la cartilla. Y hay que desterrar, de una vez por todas, esa faceta indolente del equipo, que queda retratada en una jugada: acabando el partido Bardhi dispone de una falta inmejorable para empatar. La barrera, mal colocada, está muy cerca, y ningún levantino encima al árbitro y le exige que corrija el error. Faltan líderes y sobran peluqueros. Y faltan capitanes. No sirven –por muy comandantes que sean– los que tiran el brazalate al suelo, cuando son cambiados; ni los que piden a la grada que anime después de no bajar a defender una contra.
CLAVES, por Borja Bens
••• Todo el Llevant salía a atacar, sobre todo en la segunda mitad, desatendiendo la rapidez de los delanteros del Alavés, que destrozaron a los granota al contragolpe.
••• Aitor evitó la goleada deteniendo hasta tres mano a mano.
••• Los centrocampistas granotas abusaron del pase atrás y la defensa, asumiendo funciones que no son suyas, concedió muchos balones rifados al rival.
••• El desborde y la velocidad de Hernani, aun sin acierto a veces, permtieron que el Llevant generara cierta sensación de peligro en una matinal para olvidar.
Llevant 0-1 Alavés (Vidal 63')
—Orriols (16.500 espectadores)
UNO A UNO: Aitor (8); Coke (3), Postigo (4), Cabaco (3), Toño (4); Radoja (6), Melero (4) (Bardhi (4) 55'), Campaña (3), Morales (4) (Hernani (6) 66'); Mayoral (5) (León (3) 79'), Roger (6).
—Paco López (4).