VALÈNCIA (EFE). En un arranque de curso irregular, el Valencia Basket se refugió primero en la Euroliga ante sus malos resultados en la Liga Endesa y ahora, después de dos derrotas seguidas como visitante en el torneo continental, debe proteger su último refugio, los choques en casa en esa competición ante la visita del Panathiniakos.
Tres días después de recibir al equipo griego se medirá también en la Fonteta al Maccabi Tel Aviv, un doble compromiso que refuerza la necesidad de hacerse fuerte en casa para mantener firme el asidero del que en estos momentos de dificultad se agarra su temporada.
El equipo de Jaume Ponarnau afronta este choque tras haber competido en la cancha del Bayern Múnich el pasado viernes pero sin dejar de ir a remolque y tras desinflarse tras dos pérdidas tontas de balón en los últimos dos minutos. El choque confirmó por una parte la importancia de marcar el ritmo en la Euroliga y el mal momento de confianza en sus opciones por el que pasa.
Uno de los problemas que se ha encontrado el técnico catalán en las últimas semanas es que tiene pocos referentes a los que acudir, en parte por la falta de integración de muchos de los nuevos, en parte por el cansancio de sus habituales líderes y en parte por las lesiones.
En el primer caso, el choque en Alemania dejó una buena versión de Klemen Prepelic que da a Ponsarnau algo de margen en la línea exterior. En el segundo, no haber jugado el fin de semana por haberse suspendido su choque en la pista del Joventut de Badalona le ha dado un inesperado margen de descanso que debería mejorar el ímpetu del equipo.
Por un último, en cuanto a las bajas, el técnico recuperará para este choque al pívot estadounidense Mike Tobey, que sufrió hace diez días un esguince leve en la rodilla y que volverá para completar la rotación interior pero en cambio no podrá contar casi con total seguridad con Sam Van Rossom, por un pequeño problema en la rodilla izquierda.
Esa baja casi segura se unirá por fuera a la de los escoltas Joan Sastre y Vanja Marinkovic, lo que ‘obliga’ a Ponsarnau a seguir buscando una rotación exterior sólida con menos piezas de las que tenía originalmente.
Enfrente tendrán a un Panathiniakos que ha ganado dos de los seis encuentros que ha jugado (frente a las cuatro victorias en siete partidos del Valencia) y que ha perdido sus dos últimos compromisos.
En un equipo que claramente ha perdido potencial, destaca la presencia del ex del Valencia Namenja Nedovic y la progresión del interior Georgios Papagiannis (220 centímetros).