VALÈNCIA. Mientras la liga detiene su actividad una semana, el mercado invernal vive sus horas decisivas con los últimos días del mes de enero. De este modo, y tras la dolorosa derrota del Valencia el sábado en el Metropolitano, la próxima posibilidad para competir es el próximo miércoles ante el Cádiz en la Copa del Rey.
Pese a la ola de optimismo que invadió al valencianismo cuando el Guaje Villa sacó las bolas que emparejaban a blanquinegros y andaluces para la eliminatoria de cuartos, la realidad es que el panorama que tiene Bordalás de cara a este partido es ciertamente complicado ya que tendrá que salir con la zona central del equipo muy cambiada y, en algunos casos, con jugadores debutantes en el equipo que nunca han pisado la competición española y cuya adaptación se va a tener que ir fraguando sobre la marcha.
Del pasillo de seguridad (así llamaba Luís Aragonés al eje central del equipo compuesto por portero, centrales, medio centros y delantero), a Bordalás le queda un central. La reconversión va a tener que llevarse a cabo con el tren rodando por las vías.
En la portería no estará Cillessen. El guardameta holandés se lesionó el pasado miércoles en el encuentro liguero ante el Sevilla. Pese a que la lesión es de menos gravedad de lo que podía parecer en un principio, la idea es que el neerlandés vuelva para el siguiente encuentro de liga ante la Real Sociedad el domingo 5 de febrero en Mestalla. Además, y pese a las críticas recibidas por su actuación ante los colchoneros, para Bordalás la portería en Copa era para Jaume Doménech y no parece que esa decisión vaya a sufrir variación alguna.
La llegada de Eray Cömert supone un alivio para un Bordalás al que se le han caído Gabriel y Alderete. El técnico alicantino ya se quedó este verano esperando un central que no llegó y que ha aterrizado en Valencia con su pareja titular fuera de combate. Con Diakhaby asentado en el eje de la zaga, Gabriel sigue en manos de un doctor externo a los del cuerpo médico para ver si evita el quirófano tras dos recaídas después de lesionarse a finales de octubre. Por su lado Alderete cayó en el Metropolitano, como consecuencia de la acumulación de minutos en sus piernas ante la imposibilidad de rotar jugadores en esa posición. La dolencia del paraguayo es una lesión muscular de grado I en el isquiotibial de su pierna. El plazo estimado de recuperación es de dos a tres semanas. Así que la pareja Diakhaby-Cömert parece que hará su debut ante los gaditanos en el torneo del KO.
Para el centro del campo a Bordalás se le va a caer Wass con toda probabilidad. El traspaso al Atlético aún no se ha producido pero nadie duda de que el danés va a vestir de rojiblanco en los próximos días. Se haga el traspaso o no antes del encuentro copero, la realidad es que Wass ya no estuvo ante los colchoneros en el partido de liga, y no parece que lo vayamos a volver a ver vestido de blanquinegro.
Así que a Bordalás se le abren dos alternativas. La primera esperar a ver quién viene para sustituirle (el mensaje oficial del club es que Wass no saldrá hasta que no esté atado su sustituto). Si el club trae un mediocentro antes del próximo miércoles, y está apto para jugar, no sería descartable verlo debutar ante el Cádiz formando al lado de Hugo Guillamón. La otra opción es confiar de nuevo en el trivote Guillamón-Soler-Yunus que ofreció un buen nivel en la primera parte de Madrid y hasta que se agotó la gasolina.
De momento, y crucemos los dedos, Bordalás mantiene intacta la delantera. Guedes sigue dando la cara arriba y le ha ganado el sitio de delantero fijo a Maxi Gómez.
El resto de la columna vertebral del equipo a una semana de jugarte el pase a las semifinales, es una incógnita. Es el nuevo reto de Bordalás para seguir intentando construir un equipo competitivo.