VALÈNCIA. El presidente de la Fórmula 1, Chase Carey, ha asegurado que no está en sus planes convertir el deporte en una competición semejante a la NASCAR, la principal carrera comercial estadounidense de automóviles de serie, en respuesta a las críticas del presidente de Ferrari, Sergio Marchionne, sobre el aumento de la estandarización en el 'Gran Circo'.
"En realidad, no creo que tengamos una visión diferente a la de Ferrari. No estoy tratando de ser despectivo con la NASCAR, pero tampoco planeamos ser la NASCAR. No queremos estandarizar los coches. No queremos que 20 coches idénticos vayan por la pista y que la única diferencia sea el piloto", explicó.
La semana pasada, Marchionne, después de que los fabricantes presentaran propuestas para un nuevo motor a partir de 2021, advirtió que Ferrari podría irse de la Fórmula 1 si no le gustaba la dirección del deporte. "No quiero una NASCAR en todo el mundo", indicó Marchionne.
Carey, en una conferencia telefónica sobre las ganancias del tercer trimestre de Liberty Media, sugirió que los nuevos propietarios de Ferrari y de Fórmula Uno estaban en el mismo barco. "Queremos que todos los equipos tengan la capacidad de hacer lo que hacen para crear automóviles que sean únicos para ellos", explicó.
El nuevo motor previsto para 2021 apunta a ser más simple, más barato y más ruidoso para satisfacer a los aficionados que anhelan más ruido que el que proporcionan las actuales unidades de potencia V6 turbo híbridas.
Carey, que sustituyó al británico Bernie Ecclestone en enero cuando Liberty tomó el control del deporte, dijo que la Fórmula Uno quería reducir los costes con algún tipo de límite de gasto impuesto a todos los equipos. El objetivo es hacer que el éxito dependa más de cómo utilizar los propios recursos que de cuánto gastaban.
"Queremos que los coches sean únicos y que cada equipo tenga la capacidad de tener un automóvil que sea único. Queremos que los equipos compitan para ganar, pero queremos que todos tengan una oportunidad. Nunca va a ser igual, habrá favoritos que evolucionen, pero con el tiempo queremos que los equipos sientan que todos tienen una oportunidad", manifestó.
En este sentido, recordó que el deporte tiene que tender a lo "inesperado". "Los deportes se basan en lo inesperado, así que queremos un deporte que pueda ser inesperado. Necesitas competencia, cosas desconocidas, grandes historias y grandes dramas. Tenemos que crear eso", apuntó.
Las propuestas de motores han encontrado cierta resistencia por parte de los fabricantes. Sin embargo, el deporte también está preparado para un tema mucho más espinoso: el de una distribución más equitativa de los ingresos entre los equipos.
Ferrari actualmente recibe mucho más dinero que otros equipos debido principalmente a su contribución histórica al deporte y a otros pagos especiales. Mientras que algunos de los grandes equipos como Ferrari gastan más de 300 millones de dólares al año, los equipos independientes más pequeños compiten con presupuestos de alrededor de un tercio de eso.