VALÈNCIA. Hay que ir con todo a la Supercopa por muchas cosas, buenas y malas. Especialmente vienen relacionadas con lo negativo y en lo pequeño que se ha hecho el Valencia, pero un escenario así solo puede servir de estímulo para salir de la crisis de resultados que atraviesa del equipo de Gattuso. Más que nada porque vienes de perder contra el Cádiz en Mestalla, ha rascado el Elche, has ganado un partido de los últimos ocho partidos o te iba a tocar visitar el Bernabéu este fin de semana. Vas en caída libre, pero tampoco te queda mucho para llegar al fondo.
Si te tiene que llegar un correctivo contra el Real Madrid, que sea en la Supercopa. No te permitirá salir de la crisis, pero tampoco es un agravio directo a la competición que preocupa. Por suerte quedan más de 20 jornadas para rectificar el inaceptable objetivo: la media tabla y ver un atisbo de ilusión. Para esa ambiciosa meta... ¿tanto molesta un doble partido que te puede suponer ganar un título y un subidón a una plantilla que lo necesita? Claro que no molesta, al contrario. Lo necesita.
El Valencia tiene mucho que ganar en la Supercopa si compite, si no se deja ir. Y si ya ocurre algo muy inesperado y acaba ganándola, se abre otro escenario.
Primero: el Valencia gana un título -no pasa todos los lustros-.
Segundo: mirar una segunda o tercera competición como un bálsamo y terminar progresando en ella puede despertar y motivar a un grupo. Más allá del nivel de las plantillas, la Copa del 2019 lo hizo en tres competiciones -Liga, Copa y Europa League-.
Tercero: sentirte campeón aunque solo sea por unas horas supone una aureola, nube o atmósfera -como lo quieras decir- que puede transformar a un equipo y hacerle más competitivo, más maduro e incluso más ambicioso.
Cuarto: De verdad... ¿qué te juegas ahora mismo? ¿Te vas a enganchar a Europa de forma milagrosa haciendo el ridículo en la Supercopa? ¿No te va a dar tiempo a salvarte antes de la primera vuelta y con 4 puntos de ventaja sobre el descenso si arriesgas por ganarla? Ganando 7 partido más ya tienes los 40 puntos que dijo Gattuso. Un tercio de lo que resta sin contar empates.
Pongamos el freno, el Valencia es el último mono en esta Supercopa y el menos favorito. Viene de una depresión liguera que le está haciendo dudar de todo, de su estilo e identidad. Ahora llega a un sitio donde no se le espera nada y su oxígeno es competir para volver a creer. Por eso tiene mucho que ganar. Si le golea el Real Madrid en Riad... ¿no podía haber pasado lo mismo este domingo en el Bernabéu? ¿La derrota pesaría más en la Supercopa o en LaLiga?