Una derrota merecida

VALÈNCIA. Una derrota merecida. El Valencia CF recibió una cura de humildad en su visita al estadio de Cornellà y cayó con justicia ante un Espanyol que se mostró mucho más competitivo sobre el césped. Con este tropiezo, los de Marcelino se quedan con un punto de seis en la clasificación y con la obligación de conquistar el derbi del próximo domingo, para no confirmar un mal inicio liguero tras este temprano tropiezo. 

Tiene trabajo por delante Marcelino García Toral. El técnico asturiano presenció uno de los peores partidos de su equipo desde que se hizo cargo del equipo el pasado verano. Falta de intensidad, de ideas en la creación y errores defensivos de bulto, brindaron la victoria al Espanyol, que estuvo mucho más acertado en el partido desde la primera media hora.

Es cierto que el inicio de partido invitó al optimismo. Más por sensaciones que por ocasiones. El Valencia comenzó bien plantado, con una buena presión que generaba dificultades a un renovado Espanyol, muy diferente con Rubi en el banquillo al de la pasada temporada. El técnico catalán ha dotado a los catalanes de una mayor elaboración que finalmente se acabó imponiendo. Antes, Rodrigo generaba problemas en las zonas de peligro y Santi Mina pudo hacer el 0-1 tras un pase de la 'muerte' de Soler. Sin embargo, su remate chocó en un defensa cuando iba a la red. Pidió penalti el gallego por mano, pero Del Cerro no lo concedió al tratarse de un rebote. 

Cuando se cumplieron los treinta minutos, el Valencia desapareció y no volvió. A excepción de Neto. El portero del Valencia CF sostuvo el empate en la primera parte. Sergio García cabeceó al larguero y el rechace lo recogió Borja Iglesias para volver a mandar un 'testarazo' que parecía definitivo. Sin embargo, Neto se agigantó para hacer una parada sobresaliente y dejar el 0-0 antes del descanso.

En la segunda parte, el guión del partido no varió ni un ápice. El Espanyol fue mejor en todas las facetas. Tuvo el balón y no sufrió en defensa. No obstante, los de Marcelino rozaron el gol a balón parado. En cinco minutos, el Espanyol aprovechó dos errores para agarrar los tres puntos. Primero fue Diakhaby, muy desafortunado en su primera aparición como titular. Tocó un balón con la mano en el borde del área y era la segunda amarilla, pero Del Cerro no lo apreció. Aún así, Granero se encargó de hacer 'sangre' con un lanzamiento sensacional. Tocó en el larguero y botó dentro. Del Cerro consultó el VAR y el 1-0 subía al marcador. 

Marcelino quiso reaccionar desde el banquillo con la entrada de Gameiro y Cheryshev, pero otro fallo en defensa dilapidó cualquier opción de empatar. Piccini cometió un tremendo error. Leo Baptistao le robó un balón inexplicable e intentó driblar a Neto que consiguió tocar el balón. El rechace quedó suelto y le cayó a Borja Iglesias y envió el esférico a la red. Fue un 2-0 que debe hacer reflexionar a un equipo que estuvo muy lejos del nivel de juego que ofreció la pasada temporada. La próxima parada será en el Ciutat de València, más 'picante' para el derbi.