EFE/Biel Aliño VALÈNCIA. "Paco López tiene el respaldo máximo por parte del club, que nadie ponga eso en duda. Y quien diga lo contrario, miente". Así reforzó el presidente del Levante, Quico Catalán, la figura de su entrenador el pasado 15 de septiembre, hace menos de dos semanas, antes de que la cuesta abajo sin frenos del equipo acelerase hasta el punto en el que hoy se encuentra. Entonces, los granota acababan de empatar en el Ciutat ante el Rayo Vallecano, en el descuento y en un encuentro para olvidar. Tres partidos después, el cuadro levantinista ha sumado solo un punto más, con un empate en otro partido sin brillo en Elche y dos derrotas preocupantes por imagen ante Celta y Barça.
La última vez que el presidente de la entidad de Orriols pegó un empujón a un técnico fue precisamente al que Paco López sucedió en el banquillo. Quico Catalán ratificó a Juan Ramón López Muñiz un 19 de febrero, en 2018, para terminar cesándole el 4 de marzo. Por aquellos tiempos, el Levante había caído por 3-0 en Anoeta cuando el presidente salió ante los medios tras una reunión eterna y "protocolaria" con Tito, entonces director deportivo en Orriols. Tres choques después y en este caso también con un punto cosechado de los nueve siguientes, el club no tuvo más remedio que despedir al preparador asturiano tras 15 partidos consecutivos sin conocer el triunfo. Los mismos que hoy acumula el de Silla, pero en una misma temporada.
"Nuestro entrenador es Juan Ramón y estoy convencido de que va a ser nuestro entrenador", advirtió Quico Catalán antes de transmitir su confianza en Muñiz "hasta final de temporada", admitir "preocupación" por la situación del equipo y añadir: "La dirección deportiva nos ha transmitido su plena confianza en la plantilla, en el entrenador, en el trabajo y que tenemos que corregir cosas y ayudarnos entre todos". Eso ocurrió en 2018. Hace dos semanas, en 2021, el presidente dijo sobre Paco López que "ha vivido peores situaciones que estas en el club, pero no tenemos la duda más mínima en él (...) y la confianza en el entrenador ahora mismo es máxima". El paralelismo entre ambos discursos es evidente, con cinco temporadas de distancia y con ciertos matices.
Uno de ellos, la longevidad del entrenador valenciano en el banco granota. El desgaste de técnico y plantilla es palpable desde el pasado curso. Entonces ya se levantó una racha de 5 puntos de 24 posibles que sumieron el Levante en los puestos de descenso y que hicieron vivir a su técnico sus primeros match balls antes de ganarle al Getafe en diciembre. Hoy son 4 de 21 y el próximo sábado, ante el Mallorca de Luis García Plaza, se puede igualar e incluso empeorar, en caso de derrota, un bagaje que ya inundó de tensión el seno del club. Una campaña antes, el equipo enlazó nueve jornadas seguidas sin ganar, con 4 de 27, antes de salvar el descenso en Girona. Aunque entonces los objetivos eran diferentes.
Mientras, en el otro lado de la balanza Paco López siempre ha transmitido al exterior consciencia sobre las "situaciones del fútbol" y lo que, en su trabajo, han de vivir los entrenadores, cabezas de turco cuando vienen mal dadas por resultados. "Todo el mundo quiere ganar. Es cierto que somos un equipo que llevamos varias temporadas y la exigencia crece y cada vez es mayor", admitió el de Silla en la rueda de prensa previa al encuentro ante el Elche, justo tras ser apoyado públicamente por el presidente.
"Cuando eres entrenador te ves venir tu despido antes que el resto"
No es la primera vez que Paco López es reforzado. Manolo Salvador y David Navarro ya comentaron en este periódico y en la rueda de entrevistas a los distintos medios tras la renovación del Área Deportiva que el de Silla "es el entrenador ideal para el Levante". El técnico es consciente de que la confianza no es eterna y de que un nuevo resultado negativo con malas sensaciones en las islas el fin de semana que viene puede apretar la soga más que nunca en su cuello. Por eso su discurso tiene claras similitudes con el que entonces entonó Muñiz. El asturiano, en una entrevista en PlazaDeportiva.com en plena pandemia, reconoció que, en su tiempo en el club, la presión de los resultados "se notó mucho dentro y afectó para ir bajando posiciones": "Cuando eres entrenador lo ves venir incluso antes que el resto. Vas viendo esa impaciencia, es lógica cuando empiezas muy bien y vas de más a menos. Estábamos dentro de lo que era el objetivo, pero muy cerca de las posiciones de abajo y ves cómo cada vez va quedando menos… Y es entendible", dijo acerca de su destitución.
