VALÈNCIA. Probablemente el Ciutat de València más intenso de la temporada. Al estadio de Orriols le costó entrar en calor desde el inicio. Apenas algunas cartulinas rojas en la grada de animación y algunas partes de la tribuna colorearon el arranque con la iniciativa que había propuesto la Delegación de Peñas en los días previos. Sin embargo, no tardó demasiado en explotar la ira en el coliseo granota. Apenas un par de decisiones controvertidas de Galech Azpeteguía sirvieron para aflorar las tarjetas rojas aficionadas más tímidas.
La falta no señalada sobre Clemente que propició el empate del Racing fue la primera piedra de un clamor conjunto contra el arbitraje por las heridas abiertas durante este curso y el final del anterior. Después, un penalti señalado pero anulado a Dani Gómez por un fuera de juego anterior -tan justo como aparentemente claro- redondearon una protesta que, pese a cenar con victoria al descanso, se extendió al trío arbitral en su entrada al túnel.
Pancartas con el reclamo "VARGÜENZA" en varias partes de la grada y gritos de "¡Corrupción en la Federación!", mucho más tímidos que los estallidos de ira en decisiones concretas del colegiado, hicieron del Ciutat una caldera. Sin la mejor entrada de la campaña -12.600, los lunes no se va a misa pero la niebla, el arranque real del invierno y el horario intempestivo en día laborable tvuvieron efectos irremediables sobre la asistencia-, pero con más ruido que nunca.
Porque la misma rabia que iba a hacer hervir el estadio por las decisiones del trencilla, se iba a dirigir al palco en la segunda mitad. Los "Directiva dimisión" y "Calleja, vete ya" empezaron a hacer eco en una grada que había comenzado a vaciarse por la goleada del Racing. La actuación arbitral que tantas ampollas había levantado durante la noche habían pasado a un plano de fondo. El penalti de Valle volvió esquizofrénico al Ciutat y el gol de Arana con posible mano también, pero nada tan doloroso como la imagen de un equipo con una depresión de caballo. La hinchada granota durmió herida en un alma que pareció haber desaparecido de su equipo.