El jugador del Valencia Basket ha pasado a ocupar un segundo plano desde el comienzo de año en el que ha bajado de jugar una media de 22 a minutos a únicamente 12 en Liga Endesa
VALÈNCIA. El caso del último mes y medio de Alberto Abalde es un auténtico misterio. El jugador ha bajado sus minutos de manera drástica desde final de 2018. Hasta ese momento era un jugador con un rol importante, disputando una media de 22 minutos, nunca menos de 15, en 13 jornadas de Liga Endesa. Desde el último partido del año contra Zaragoza, en el que Ponsarnau no le sacó, ha bajado su tiempo en pista hasta los 12 minutos de media en 6 jornadas. En dos de ellas no superó los 8 minutos. Se podría estar hablando de un destierro del técnico que bien puede significar un toque de atención para el gallego.
Lo cierto es que el rol de Abalde ha ido virando casi como el viento desde que llegó al Valencia Basket. El jugador gallego cumple ahora su tercera temporada de las cuatro que firmó con la entidad taronja como un joven proyecto nacional. La primera de ellas la pasó en calidad de cedido en Joventut, el club en el que se formó. La segunda, con Vidorreta a los mandos del Valencia Basket, estuvo cambiando entre alero, escolta y hasta base a causa de las lesiones. Mucho protagonismo y cambio de rol que no le permitió completar una campaña con una media de 22 minutos jugados.
En esta tercera temporada, el jugador comenzó en una buena dinámica hasta que, en un momento dado, Ponsarnau decidió condenarle al banquillo. Hasta la jornada 13, Abalde promediaba 22 minutos (nunca menos de 15) con 6 puntos, 2’4 rebotes, 1 balón perdido, 5’46 de valoración y un más menos de -1’53 por partido en Liga Endesa. En Eurocup, en la fase regular hasta diciembre, disputó 19,5 minutos por partido (no menos de 11) con una media de 5’8 puntos, 2’3 rebotes, 1 asistencia, 1 pérdida y 4’9 de valoración.
Antes del partido contra Zaragoza el 29 de diciembre algo tuvo que pasar. En el último duelo del 2018, Ponsarnau decidió no sacarle ni un minuto a pista. Fue preguntado al respecto y aseguró que le había dejado en el banquillo a él como en otro partido podía pasarle a otro jugador. Pero la realidad es que algo ha cambiado desde entonces, pues los minutos de Abalde han caído estrepitosamente y esta situación no se ha dado con ningún otro compañero.
En las últimas 7 jornadas de Liga, pese a que en el partido siguiente al banquillazo jugó 24 minutos en Badalona -contra su exequipo, al que conoce bien-, ha bajado a una media de 12 minutos, que desciende a 10 si no se cuenta dicho duelo. Contra Gran Canaria disputó 6 minutos y el pasado sábado ante Obradoiro jugó 8. Donde más se ha notado el bajón en la aportación del jugador es en el más menos donde ha descendido a -5’5 puntos del equipo con él en pista. El resto de datos quedan en 5’2 puntos, 1’5 rebotes, 1 balón perdido y 4’5 de valoración.
En Eurocup su incidencia con el equipo tampoco se ha notado tanto. Hay que entender que donde más urgencias tiene el conjunto taronja es en la Liga Endesa, pues en Eurocup ha mantenido un nivel muy alto en el Top16. Más necesidad, menos responsabilidad. En esta fase, Abalde lleva 18 minutos por partido con 6’7 puntos, 2’5 rebotes, 2’5 asistencias, 1.3 balones perdidos y 8.7 de valoración. Eso sí, de seis partidos, contra Estrella Roja en la Fonteta y ante Unicaja en Málaga no disputó más de 8 minutos.
Esta circunstancia sorprende, teniendo en cuenta que hasta hace nada Fernando San Emeterio estaba lesionado y Aaron Doornekamp combina en algunas ocasiones su rol de tres con el de cuatro. En dicha posición, por lo tanto, el jugador más en forma, en un principio, debería ser Abalde.
Problema de actitud o de juego, lo cierto es que el jugador gallego ya protagonizó una bronca con Will Thomas, quien le acusó durante un partido de estar jugando de manera egoísta en vez de hacerlo por el equipo. Un hecho que tuvo mucho revuelo en redes sociales y el de Baltimore, en declaraciones posteriores, se reafirmó en sus palabras, aunque no señalando directamente a Abalde. Sí dejándolo caer.
Sea como sea, el ‘castigo’ de Ponsarnau a Abalde es una realidad y, aunque el técnico no se ha pronunciado al respecto, todo indica que es un toque de atención para un jugador por el que el Valencia Basket ha puesto muchas esperanzas. En estos momentos, parece ser que hay más fe en él que en otro proyecto -de momento frustrado- como lo está siendo Sergi García.