VALÈNCIA. Con el mercado de fichajes a la vuelta de la esquina y sin un nuevo director deportivo al timón, el Levante abrirá la ventana del próximo 3 de enero con el deber principal de sacar futbolistas de la plantilla de Alessio Lisci. El club de Orriols pretende reforzar diversas parcelas del campo y entre ellas hay tres que presentan un claro overbooking: la zaga, el centro del campo y el lateral derecho. Es precisamente en esta última donde ha emergido una figura en el último mes: la de Marc Pubill. El carrilero catalán, de 18 años, está entrando progresivamente en dinámica de primer equipo y es un jugador que encanta a Alessio ya desde su llegada al Juvenil A hace dos veranos.
Aunque el italiano ya avisó del cuidado extremo que hay que tener con los jóvenes talentos de Buñol, lo cierto es que en el derbi tiró de él antes que Miramón -que llegaba recién salido de lesión pero que ya había acumulado minutos una semana antes en El Collao- y por delante de Coke Andújar. Con la baja de Son por la roja de Cornellà, Alessio apostó fuerte por el recién renovado lateral del Atlético Levante. Se hizo evidente que la debacle copera cambió la manera de encajar las piezas en el carril diestro.
Esa situación se puede extrapolar al mercado. El Levante ha de sacar piezas y en esa posición Coke acaba contrato, sin asteriscos añadidos, el próximo junio; Miramón también, pero tiene otra temporada opcional que puede añadir a su vinculación en función de hitos; y Son es el único que extiende su firma todavía por dos temporadas más, hasta 2024. Si la entidad de Orriols consigue cumplir el trabajo que no se llevó a cabo en verano y saca jugadores en el siempre enrevesado mercado de enero, entonces podrá plantearse reforzar las demarcaciones que se presumen preferentes. Entre ellas, además, también entra el caso del jugador de banda donde se puede abrir el melón de Álex Blanco, futurible.
Y es ahí donde Marc Pubill puede tener efecto en las decisiones deportivas a tomar en el corto plazo. Si el hueco del lateral, en función de lo que se pueda sacar del Ciutat este invierno, deja espacio para un jugador más, la entrada en dinámica del catalán -que lógicamente tiene ficha de filial y podría dejar vía libre para otros fichajes- puede abrir nuevos escenarios en el orden de posiciones a reforzar en el mercado. Siempre y cuando haya salidas. Es más, aunque el de Terrassa está blindado hasta 2026, su proyección es clara a pesar de su juventud y sería una pieza aprovechable para el primer equipo si se termina perdiendo la categoría. Pero eso aparece en un futuro todavía borroso.