VALÈNCIA. El ex secretario general de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Andreu Camps admitió este martes en un juicio que autorizó en 2021 el pago de más de 400.000 euros a unos estafadores que se hicieron pasar por un directivo del Athletic Club, con quienes intercambió varios correos electrónicos sin percatarse de la suplantación de identidad.
"Junto con el tesorero y el director financiero, yo era el que autorizaba los pagos y autoricé ese al Athletic Club", ha declarado por videoconferencia en el juicio en la Audiencia Provincial de Madrid, que este martes ha quedado visto para sentencia.
Los verdaderos autores de la estafa no han podido ser localizados y solo se ha procesado a la mujer, R.A.A.Y., a cuya cuenta bancaria fueron a parar 460.242 euros procedentes de la RFEF que luego ella transfirió a otra cuenta en Lituania.
Por ello, tanto la Fiscalía como la acusación particular, ejercida por la RFEF, piden que sea condenada a tres años de prisión por ser cooperadora necesaria de un delito de estafa electrónica en grado de tentativa.
En mayo de 2021 los presuntos estafadores lograron acceder a los documentos que Camps -destituido el pasado 20 de septiembre por el caso Rubiales- almacenaba en la nube y sustrajeron una factura que la RFEF debía abonar al Athletic de Bilbao en concepto "Liquidación Contrato Eurocopa 2020".
El estadio de San Mamés era una de las doce sedes iniciales de la Eurocopa 2020 -aplazada a 2021 por la pandemia- pero fue reemplazada finalmente por La Cartuja de Sevilla.
Tras acceder a dicho documento, falsearon la dirección de correo del director general del Athletic, Jon Berasategui, cambiándole el lugar a una letra y suprimiendo otra. Desde él pidieron a Camps que le abonasen la citada factura a una nueva cuenta bancaria en la entidad alemana N26.
Aunque presentaron un certificado que documentaba que la cuenta era propiedad del Athletic, ésta realmente estaba a nombre de R.A.A.Y.
Pocos días después los empleados de la RFEF y el propio Berasategui se percataron de que habían sido víctimas de una estafa, por lo que interpusieron denuncias por estafa y suplantación de identidad, respectivamente. El dinero fue devuelto inmediatamente por el banco N26.
Este tipo de delito, de acuerdo con el relato de una agente de la brigada central de delincuencia económica y fiscal de Madrid que ha comparecido como testigo, es conocido como "man in the middle" o ataque de intermediario y consiste en interceptar las comunicaciones entre dos partes, en este caso el Atheltic y la RFEF, para luego tratar de estafarles.
Del informe de ciberseguridad encargado por la RFEF después de la denuncia se desprende que la nube de Camps fue víctima de un ataque cibernético, del que nunca se ha llegado a dar con los autores materiales ni intelectuales.
La mujer, residente en Londres y que este martes ha declarado acompañada de un intérprete de inglés, ha negado con monosílabos todas las acusaciones y ha dicho que la cuenta que abrió en N26 tenía como finalidad montar una peluquería, nunca participar en una estafa de la que ha asegurado no tener conocimiento.
Sin embargo, Fiscalía y acusación consideran que su colaboración fue "indispensable" para llevar a cabo la estafa, pues dan por probado que dicha cuenta se abrió pocos días antes de la estafa y se cerró después de que desviase los fondos a otra cuenta a su nombre.
El letrado de la defensa ha pedido su absolución alegando que la imputada "carece de conocimientos tecnológicos" y ha planteado la posibilidad de que los estafadores también hackeasen su cuenta bancaria para efectuar las transacciones.