VALÈNCIA. El Levante ha abierto por fin la puerta de su mercado. Desbloquear la rampa de salida es el objetivo primordial del club de Orriols mientras los jugadores que no cuentan -o cuentan poco- para Alessio sigan copando las fichas del primer equipo. Lo primero es liberar espacio y, lo segundo, ir al mercado para apuntalar la plantilla. Y el movimiento de Pablo Martínez es el primero que los granotas efectúan para acelerar su mercado mientras el "efecto dominó" que esperaba la entidad no se produce con velocidad.
La cesión del centrocampista madrileño al Huesca permite al Levante tener una ficha libre para una posible incorporación, pero hay que seguir tocando a la puerta para seguir sacando materia prima del Ciutat. En Buñol está clara la idea de que Pablo no sea el único en abandonar la casa. Mientras tanto, si el madrileño tiene su mercado en una Segunda División donde causó furor el pasado curso, Radoja sigue a la espera de que pretendientes de La Liga, que ven en su salario un problema, digan "esta boca es mía". El mejor colocado la semana pasada era el Granada, pero los andaluces aparcaron el asunto del serbio precisamente por sus emolumentos.
En el centro del campo está el quid de la cuestión. Álex Blesa, que en categorías ineriores fue ojito derecho de Alessio pero que ha perdido protagonismo en la élite, es uno de los afectados por el overbooking en la medular granota. El que más. El valenciano tiene contrato hasta 2024 y también busca una cesión para acumular minutos. Este verano ascendió a la primera plantilla por tenerlo estipulado en su contrato, pero su lesión en la rodilla derecha en un partido amistoso durante la pretemporada le dejó dos meses en el dique seco... y en fuera de juego en cuanto a sus opciones de mercado. Hoy tiene intereses nacionales y a nivel europeo.
Con las salidas en proceso de aceleración, ahora sí es momento de pensar en posibles altas que figuran en las carpetas de la improvisada dirección deportiva, con el cuerpo técnico de Alessio en un papel especialmente relevante. La prioridad es el fichaje de un central que mejore el rendimiento defensivo del equipo, el más tocado de La Liga y además con la baja de Mustafi a cuestas hasta marzo. Las salidas que se produzcan en la medular no irán dirigidas a un centrocampista a no ser que se produzca una salida repentina de uno de los 'importantes' para Alessio en el círculo central.
Para que eso ocurra, en palabras del propio entrenador, tendrá que llegar una oferta interesante para el club. De lo contrario, y aunque todos estén "entre comillas en el mercado", la hoja de ruta no pasa precisamente por protagonizar una gran transacción este invierno. Además, el perfil de jugador veloz de banda para sumar a las características de Morales y De Frutos también es una de las demarcaciones observadas con lupa.
Y mientras el Levante allana el camino de salida para poder abrir el de entrada, un rival directo como el Getafe ha dado un puñetazo sobre la mesa. Quique Sánchez Flores tiene dos nuevos juguetes: Borja Mayoral y Gonzalo Villar. Y puede no ser el único que le traiga Ángel Torres a su entrenador: en la capital informan de que también va a aterrizar Óscar Rodríguez, del Sevilla, en el Coliseum.
El Getafe ya pudo pescar en Orriols el pasado verano, cuando quiso llevarse Jorge De Frutos por una cantidad cercana a los 10 millones de euros. Fue prolongado su contacto por hacerse con los servicios del segoviano, un deseo expreso del presidente azulón que, obviamente, gustó a Míchel entonces tras su primer temporadón con la granota. El Levante no aceptó una operación que trasladaba el 50% del importe a las arcas del Real Madrid, poseedor de la mitad de sus derechos económicos.