VALÈNCIA. La espera para que la ventana de fichajes de enero dé un vuelco se hace eterna. Un mercado siempre complicado y lento, no apto para revoluciones de plantilla, corta por el momento las alas de un Levante que tiene que anteponer, ante todo, la salida de piezas a las posibles entradas. Por mucho que las prioridades de la improvisada Área Deportiva granota pasen por apuntalar la zaga y encontrar un perfil de banda a precio reducidísimo, el quid de la cuestión está en la cantidad de fichas de primer equipo que el club pueda liberar este invierno. No es que el Levante tenga que hacer hueco en caja para poder ir al mercado -que también-, sino que no tiene espacio para incorporar futbolistas con ficha profesional.
Alessio Lisci, que junto a su cuerpo técnico adopta un papel esencial en el peinado de las posibilidades que brinde el mercado, ya advirtió de la dificultad de esta ventana y de que la entidad de Orriols espera, de alguna forma, que empiece el "efecto dominó" en el fútbol europeo y, sobre todo, nacional. Que se empiecen a mover las piezas del tablero y eso permita al Levante fichar. Sin embargo, van doce días de mercado y poco -o nada en los intereses granotas- se ha meneado en La Liga. Es por eso que al Levante le puede tocar, en los próximos días, tomar un papel protagonista a la hora de sacar jugadores, por mucho que el discurso sea el de esperar ofertas convincentes.
Sobre Radoja, el técnico italiano admitió que es uno de los futbolistas que puede coger la rampa de salida... pero "depende de las ofertas que lleguen" al Ciutat. Es más, dijo Alessio que todos los jugadores están en el mercado, aunque le puso comillas a esa afirmación. Y es que, aunque haya que sacar piezas -también teniendo en cuenta los más de 10 millones en ventas que la entidad ha presupuestado para el próximo ejercicio-, el entrenador no quiere perder a sus primeras espadas con la hazaña que tiene entre manos para salvar al equipo del descenso. Si salen futbolistas clave en sus planes, sí tendrá que ser con una oferta que permita al Levante alimentar sus arcas. Al menos esa es la idea. Y Radoja, en este caso, no deja de ser un futbolista de rotación en una medular con overbooking desde el pasado verano.
El problema es, primero, que los emolumentos del serbio no han dejado que ningún club quiera hacerse cargo de su ficha al completo. De momento. De hecho, el Granada lo tiene en agenda porque gusta a Robert Moreno y porque en Los Cáremenes buscan centrocampista barato este enero, y Radoja acaba contrato en junio. Y segundo, se abre el debate en el despacho de Alessio Lisci: su número '5' no es titular indiscutible y Pepelu ya ha abarcado la vitola de mediocentro preferente sobre el papel, pero sí hay otros centrocampistas que cuentan mucho menos. Los números lo demuestran. Es en ese punto donde surge el nombre de un Pablo Martínez que tampoco está rascando minutos. Sí lo hacía con Paco López, pero con el romano al timón y sin la antigua dirección deportiva la vida es más complicada para el madrileño. Tiene intereses de Segunda División y parece que ahí se puede dar su camino.
En la misma parcela del campo, Álex Blesa figura como pieza a sacar en la hoja de ruta. Es un jugador que gusta a Alessio y que fue ojito derecho en categorías inferiores, pero ha perdido protagonismo en la élite. Tenía por contrato ascender al primer equipo esta temporada y el italiano solo ha dado minutos en Copa del Rey. La opción de cesión para el '7' levantinista es la que gana enteros, pero todavía sin una propuesta convincente. Eso sí, al margen de lo que convenza o no a las partes, el Levante ha de acelerar y con el canterano puede pisarse el pedal: el interés por ganar protagonismo en otra plaza es mutuo. Queda por rastrear las opciones de Vukcevic, que si nada lo evita dejará la ciudad en verano y gratis. El montengrino se puede colar entre las prioridades de salida, de hecho ya lo fue en agosto, pero su contínuo paso por la enfermería de Buñol ahuyenta pretendientes.