El Levante ha superado el primer tercio de Liga con quince puntos y ocho de ventaja sobre el descenso tras un buen comienzo, pero con unos últimos partidos en los que el juego y los resultados ofrecen muchas dudas
VALÈNCIA. El Levante ha superado el primer tercio de Liga con quince puntos y ocho de ventaja sobre el descenso tras un buen comienzo, pero con unos últimos partidos en los que el juego y los resultados ofrecen muchas dudas.
Alcanzadas las trece jornadas de Liga, el Levante ha ganado tres partidos, empatado seis y perdido cuatro, aunque las derrotas se han producido en las siete últimas jornadas y han creado alrededor del equipo un clima de intranquilidad a pesar de que mantiene una cómoda ventaja respecto a la zona de descenso a Segunda División.
A pesar de las dudas, con esta media de puntos por jornada, el Levante superaría los 43 a final de temporada si es capaz de mantener esta racha y lograría de forma holgada la permanencia si se tienen en cuenta las últimas temporadas en Primera División como referencia.
Parece lejano el brillante arranque de competición, a la altura del mejor de la historia del club, con victorias ante el Villarreal (1-0) y Real Sociedad (3-0) como local y empates de mérito a domicilio ante el Real Madrid (1-1) o en casa frente al Valencia (1-1) y Deportivo de la Coruña (2-2).
Sin embargo, el Levante pareció cambiar radicalmente de cara en la segunda parte del partido en Sevilla ante el Betis, cuando cayó estrepitosamente por 4-0 y sin tiempo para recuperarse del golpe vio como el Alavés, colista entonces y ahora, le sorprendía en su estadio al ganar por 0-2.
El Levante frenó su mala racha con tres empates consecutivas ante Espanyol (0-0), Getafe (1-1) y Eibar (2-2), pero volvió a perder en casa ante el Girona en otra mala actuación y que sólo la victoria en Las Palmas (0-2) pudo devolver cierta tranquilidad al equipo valenciano.
Sin embargo, la dolorosa goleada ante el Atlético de Madrid (0-5), la peor en la historia de Primera como local, dejó al desnudo las carencias de un equipo que se mostró indolente en defensa, con fallos individuales y colectivos, e ineficaz en ataque, pues apenas inquietó la meta del portero rival.
Las numerosas lesiones sufridas en la plantilla, y en los casos de Iván López o Alex Alegría tan graves que estarán de baja lo que resta de temporada, han sido un verdadero hándicap para el entrenador Juan Ramón López Muñiz, que en ninguna jornada ha podido disponer de todos los miembros del equipo.
Al mismo tiempo, Muñiz se ha mantenido fiel al bloque de jugadores con los que logró el ascenso de categoría el curso pasado y el rol de alguno de los recién llegados, como Emmanuel Boateng, Antonio Luna o Samu García, es secundario y hay jugadores como Sasa Lukic o el portero Mitch Langerak que ni siquiera han debutado en Liga.
El Levante ha demostrado una clara falta de capacidad anotadora, pues con catorce tantos a favor es el séptimo peor equipo de Primera división en esta faceta, y se ha visto obligado a fichar al delantero turco Enes Ünal ante las lesiones de sus atacantes y, sobre todo, su nula aportación.
La goleada recibida ante el Atlético también mostró la debilidad del equipo en defensa, con veinte goles en contra en las trece jornadas disputadas.
Muñiz no sólo ha utilizado ya a todos los defensas de la plantilla sino que en Las Palmas, hace dos jornadas, retiró del once inicial al meta Raúl Fernández para colocar a Oier Olazábal.
El Levante afronta ahora un exigente calendario hasta el descanso de Navidad al enfrentarse al Málaga, Athletic de Bilbao, Sevilla y Leganés y ya planifica las incorporaciones a realizar en el mercado de invierno, aunque la posición de delantero centro y lateral derecho parece que serán reforzadas con seguridad.