VALÈNCIA. El Levante vuelve a jugar un viernes y, por tanto, no sabrá el resultado de sus rivales directos antes de arrancar el encuentro de este próximo fin de semana frente a la Real Sociedad en el Ciutat de València. La última vez que los granota abrieron una jornada fue el pasado 25 de febrero, ante el Elche, y con una gran victoria que hizo disparar las esperanzas de permanencia al conseguir 7 de los últimos 9 puntos posibles. Aquella fecha liguera fue, a la postre, provechosa -ninguno de los oponentes por la salvación ganó y el Levante pudo meter la tijera-, pero los de Alessio jugaron sin conocer lo que había hecho el resto.
Este viernes ocurrirá lo mismo en Orriols después de ocho citas conociendo, al menos, el luminoso de uno de los partidos de interés granota a la hora de dinamitar la tabla. El pasado fin de semana, el del derbi, los levantinistas sabían, antes de enfundarse la camiseta, que el Cádiz había extraído un empate del Pizjuán y que, además, iban a escuchar el pitido inicial siendo colistas en la clasificación tras la victoria del Alavés. Las dos últimas jornadas de Liga, eso sí, se disputarán con horario unificado y, si el Levante llega vivo a esos días, no tendrá este 'problema'.
Sin embargo, lejos de ser un hándicap, para Alessio no saber los resultados de sus rivales directos puede suponer incluso una bendición a la hora de convencer a los suyos y quitar cierta presión de encima al vestuario. El italiano ha repetido en innumerables ocasiones que una de las claves del despertar de su equipo ha sido el hecho de girarle la cara a la clasificación o, al menos, concederle la importancia justa siempre y cuando el Levante sume los puntos necesarios para sobrevivir, cifrados entre 36 y 38 según las cuentas que el propio entrenador levantinista destapó en la rueda de prensa posterior al choque de Mestalla.
La jornada, además, no es tan apetecible a priori para Orriols como sí lo era la pasada. La visita del Cádiz a Sevilla fue, de hecho, un poro por el que respirar, pero los de Sergio González acabaron sacando el punto. Lo mismo ocurría con el paso del Villarreal por Mendizorroza, por mucho que el Submarino tuviese en algún lugar de su mente la remontada de Champions ante el Liverpool. El Mallorca, además, visitaba el Camp Nou y, al menos ahí, sí convinieron las quinielas. En definitiva, todos los contrincantes por la permanencia tenían duelos ante clubes de la parte noble excepto el Granada.
Esta vez es diferente. Además de que el Levante no sabrá lo que ocurre en otros eventos al jugar con anterioridad, los cuatro rivales de la zona de descenso tienen envites de menor grado de dificultad inicial. El Cádiz recibe a un Elche acomodado y prácticamente salvado; mientras, el Alavés ha de ir a Balaídos, plaza complicada pero también sin urgencias. El punto caliente de la jornada en clave levantinista se vivirá el sábado a las 14h con un encuentro directísimo entre el Mallorca y el Granada. El empate, lo menos dañino.