el milagro necesario para meter cabeza en plazas de playoff pone al club a planificar la próxima plantilla en el escenario de segunda

El Levante pone el foco en la próxima temporada

14/05/2024 - 

VALÈNCIA. Al Levante se le ha puesto el ascenso en japonés. Tendría que ocurrir un milagro en forma de tres victorias consecutivas -algo que el equipo no ha logrado en todo el curso- y derrotas de los rivales que cominan por encima en la tabla -es decir, todos los que optan a meter cabeza en las plazas de playoff-. En números: cinco puntos por debajo de la sexta plaza, en realidad seis al tener perdido el goalaverage con Oviedo y Racing de Santander -quinto y sexto clasificado-, y nueve por disputar. Una quimera. Felipe Miñambres aludió al cálculo de un empate y tres victorias en las últimas cuatro citas para poder optar al ascenso. Y ese empate ya se dio ante el Eibar, pero los marcadores de los oponentes empinan todavía más la cuesta. Hora de pensar en la siguiente campaña, por mucho que de cara a la galería se mantenga el discurso de la esperanza mientras haya vida.

Y es que el escenario de Segunda lo marca todo, en lo deportivo y en lo económico. Ambos analizados por el club durante el transcurso de la temporada. Y la realidad es que tanto Felipe Miñambres como José Danvila y el Consejo ya han de ponerse manos a la obra con las cifras de la categoría de plata en la mano. En el plano futbolístico, habrá que volver a arremangarse para armar un vestuario competitivo que pueda optar, con armas similares a las del curso actual, a pelear el ascenso. Máxime cuando hasta diez futbolistas de la primera plantilla terminan contrato el próximo 30 de junio, cada uno con las particularidades de su contrato. Destacan esencialmente dos piezas: las de Álex Muñoz y Andrés Fernández, con los que habrá que llegar a un acuerdo si finalmente no hay milagro y, como todo parece indicar, el Levante milita en Segunda por tercera temporada consecutiva. 

Otros casos resueltos que podrían reabrirse próximamente son los de futbolistas cedidos que dirán adiós en verano. Nikola Maras ampliaría su vinculación en Primera, no en Segunda. Otros como Valle y Capa abandonarán el Ciutat con más pena que gloria, en especial el lateral portugalujo, muy lejos del nivel que se le presuponía. Y a ellos hay que sumar los futbolistas con los que el club podrá hacer negocio si llegan ofertas importantes. En ese plano el nombre que brilla es el de Pablo Martínez. El '10' puede ser el hombre del próximo mercado estival en el barrio de Orriols en lo que a ventas se refiere. El Valencia anda muy en serio detrás del madrileño y otros clubes españoles tienen su nombre entre sus futuribles. Su cláusula de 80 millones, eso sí, descarta cualquier parecido a un 'caso Pepelu', por lo que el Levante podrá tomar una posición de cierta fuerza ante aquel que quiera hacerse con sus servicios.

Y en otro orden de temas queda la identidad del próximo entrenador. Felipe ya advirtió de que, entre el abanico de técnicos que maneja, figuran nombres válidos tanto para Primera División -en caso de subir- como de Segunda -en el probable caso de no obrar el milagro-. Claudio Giráldez, que inciará la temporada con el Celta tanto como si los celestes mantienen la categoría -es su escenario probable- como si el Cádiz logra remontar la diferencia de cinco a falta de nueve por jugar, era el favorito del astorgano para el puesto cuando éste dirigía al filial vigués. Algunas fuentes apuntan a que incluso existía un preacuerdo y que el Celta ha de indemnizar al club granota. Sea como sea, los tiempos han cambiado a velocidad de vértigo y ahora el preparador de Porriño está 'cogido'. Vicente Moreno también aparece entre las alternativas de Felipe. Sin embargo, la incertidumbre del futuro de casi la mitad de las piezas del vestuario, de momento, suponen cierto hándicap.

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