VALÈNCIA. "Entiendo que alguno de arriba ganará, pero ahora metemos presión nosotros. Una derrota hoy nos hubiera dejado muy alejados". Y, al final, ganaron todos. Son palabras de Álex Muñoz a la conclusión del partido en La Cerámica, que acabó con una de las peores rachas históricas del Levante a domicilio. Casi siete meses sin vencer lejos de Orriols es un dato que no se ve en el conjunto granota desde la última temporada de descenso a Segunda -la del récord de encuentros consecutivos sin ganar-. El Levante venció y, por fin, achuchó a los rivales directos por las plazas de 'playoff' que todavía restan realmente disponibles -matemáticamente, aún, las cuatro-. Quedan doce puntos por disputar, y el equipo de Felipe Miñambres está a tres del sexto, a seis del cuarto y a nueve del tercero, el Eibar. Es decir, de perder este fin de semana ante los últimos, el club ya puede ir despidiéndose de uno de los billetes de acceso a la disputa de la promoción.
Y es que el Levante está metido en la famosa rueda del hámster. Quiere avanzar, pero no lo hace. Y mientras cree que puede adelantar algún metro, en realidad solo camina sobre el mismo punto. Es lo que ocurrió en Vila-Real. El equipo volvió a ganar tres jornadas después y, además, esta vez, de forma incontestable. Los granota exhibieron el músculo que les ha faltado en otras ocasiones: a pesar de no ser superiores en el cómputo global del encuentro, sí mostraron mucha más pegada que el Villarreal B y se llevaron los puntos al KO. Sin embargo, el hecho de "meter presión a los de arriba", como decía un Álex Muñoz que tendrá que trabajar para estar apto en la recta final del campeonato, sirvió de bien poco.
Precisamente cuando el triunfo hubiese supuesto un mordisco, siempre contando con tropiezos de los oponentes directos, el Levante se encontró con las victorias de casi todos. El Burgos venció en La Romareda, el Racing de Santander doblegó al Elche y el Oviedo sacó adelante su complicado compromiso en Huesca. Solo el Sporting, de entre los equipos que rondan inmediatamente por encima del cuadro valenciano en la tabla, se dejó dos puntos... ante un rival de la zona de 'playoff' como el Espanyol. Y el que cayó, el Elche, todavía marcha a distancia de tres. A la postre, solo el Ferrol, con su derrota en Tenerife, permite al Levante adelantar a uno solo del mar de clubes que tiene en su frente.
La jornada próxima volverá a ser clave a este efecto. Entonces sí, uno de los competidores del ascenso directo visitará el Ciutat con el agua al cuello. Si no quiere disputar promoción un año más, deberá ganar. La pelea entre Eibar, Leganés y Valladolid está al rojo vivo, y de caer ante el Levante los hombres de Joseba Etxeberria podrían invitar a la fiesta al mismo Espanyol... o bien alejarse demasiado de la batalla por la gloria directa. Precisamente el duelo entre vallisoletanos y pericos del sábado ya deja de interesar a la parroquia levantinista, que se centra en el devenir del Burgos ante un Eldense de capa caída, el Racing ante el Mirandés de Alessio, y Sporting y Elche en sus recibimientos de Andorra y Huesca. Doce puntos para el final y el Levante no solo necesita su racha sin precedentes esta temporada, sino que el resto tampoco avance.