El medio centro defensivo es una obsesión para la reconstrucción del proyecto

VALÈNCIA. Esta semana está previsto que Pepe Bordalás se incorpore al trabajo en el Valencia CF. Por delante hay mucha faena que acometer ya que se deben poner las bases de un nuevo proyecto.

Para la reconstrucción del Valencia de Bordalás se necesita darle la vuelta como un calcetín a los parámetros que el equipo ha venido marcando en las dos últimas temporadas de caída libre. Y ahí, sin duda alguna prima la de volver a ser un equipo sólido en defensa. Las dos temporadas en las que el equipo se clasificó para la Champions con Marcelino en el banquillo (la 17/18 y la 18/19), los de Mestalla encajaron 38 y 35 goles respectivamente. Las dos últimas campañas han sido funestas en ese aspecto y en ambas se ha encajado una cifra idéntica y excesivamente alta: 53.

Para que un equipo mejore en dicha faceta necesita hacer algunos ajustes. Es posible que se deban trabajar, automatizar y reajustar conceptos defensivos, e incluso habrá que exigir más del rendimiento de ciertos jugadores. Pero es imposible hacer todo esto, si no tienes jugadores específicos para algunas de las posiciones que cimentan el entramado defensivo. Y ese es el primer problema que Bordalás se ha propuesto revertir: no hay mediocentro defensivo y el equipo necesita uno cuanto antes.

En esta vuelta al trabajo del técnico alicantino para comenzar la construcción de su proyecto hay tanto por hacer que se debe distinguir entre lo urgente y lo importante, y atendiendo a su filosofía de juego, es evidente que la llegada de un medio centro defensivo de entidad es urgente para comenzar a trabajar al equipo en los conceptos sobre los que se asienta la idea futbolística del ex entrenador del Getafe. 

En el equipo azulón el jugador que ha ocupado el eje defensivo de la zona ancha durante las 4 temporadas en primera de Bordalás al sur de Madrid ha sido el uruguayo Mauro Arambarri. La importancia del charrúa se traduce en el peso específico de su presencia en el once por eso en la liga de la temporada 17/18 jugó ya 27 partidos y sumó 2135 minutos, en la 18/19 jugó 33 encuentros y acumuló 2677 minutos, en la 19/20 actuó en 35 choques y estuvo 3071 minutos en el campo y en esta última campaña ha jugado 34 veces y ha acumulado 2988 minutos.

De hecho el propio Arambarri ha sonado ya como candidato a ocupar una plaza coja en el equipo desde la venta en verano de Coquelin e inexistente desde el traspaso (ya con la liga comenzada) de Geoffrey Kondogbia. Desde ese momento, Gracia provó con Soler, Racic y Wass en esa posición, aunque sin mucho éxito. La falta de un futbolista con características específicas y la indefinición de los roles hizo naufragar la solución de emergencia ante la imposibilidad de aplicar otro bálsamo en esa herida. La llegada de Oliva en enero tampoco aportó mucho para revertir ese déficit.

Sin embargo, volviendo al tema Arambarri, va a ser prácticamente imposible que el charrúa aterrice en Mestalla. Preguntado la semana pasada el presidente del Getafe Ángel Torres por el interés del Valencia en el uruguayo, el máximo mandatario azulón remitió a los clubes interesados en el futbolista a su cláusula de rescisión, 25 millones de euros; a día de hoy, una utopía para el club de Mestalla.

También salió a la palestra el nombre de David Timor. Nacido en Carcaixent y formado en las categorías inferiores del club de Mestalla, el medio centro ha acumulado este año 30 partidos y 1391 minutos en primera división a sus 31 años. Pese a todo, parecería más una solución para tener fondo de armario que una primera opción alrededor de la cual solidificar el entramado defensivo.

Por tanto, todos los caminos conducen -de momento- hasta Alemania, concretamente a Omar Mascarell. El tinerfeño de 28 años entra en los parámetros económicos del club, se tienen buenos informes del jugador y además el descenso del Schalke 04 (su actual club) a la Bundesliga 2, acercan más al jugador a Mestalla. Por su parte, el futbolista canario está decidido a poner de su parte cuánto haga falta ya que ve con muy buenos ojos esta opción. Mascarell quiere jugar en la liga española, y pese a la deriva de Meriton, el Valencia CF sigue siendo -a cierto nivel- un club apetecible en el que jugar.

Es posible que en los próximos días se sume algún nombre a este listado, pero lo que queda claro es que para Bordalás, la construcción futbolística "su" Valencia CF pasa de manera ineludible por la contratación de un "6" de garantías, y ahí se van a volcar muchos de los esfuerzos en este arranque del proyecto.