13 de noviembre / OPINIÓN

El niño preguntón que llevo dentro

1/06/2021 - 

VALÈNCIA. El Levante está ante un verano clave por muchos motivos y con bastantes condicionantes que obligan a no dar ni un paso en falso y acertar con un margen reducido de ejecución y error. No sé si os surgen tantas preguntas como a mí. Ahí van unas cuantas. ¿Habrá recursos para poder reconstruir un proyecto deportivo con evidentes signos de agotamiento? ¿Qué refuerzos son necesarios para encontrar el equilibrio? ¿El Levante puede aspirar a algo más que la permanencia? ¿La salvación es un éxito o una obligación? ¿De dónde van a aparecer los 16,5 millones antes del 30 de junio para ajustar números? ¿Hay espacio de relevancia y no de relleno para la cantera? ¿Paco López es el entrenador ideal con sus luces y sombras? ¿Tiene el cuerpo y la mente para liderar al Levante 2021-22? ¿Dejará de ser el escudo perfecto para los que han vivido fenomenal desde la barrera y lo han dejado solo para lidiar marrones que no le correspondían? ¿Hablará de vez en cuando alguien con galones y que el míster no sea el único que se expone públicamente? ¿Habrá un profundo análisis en el apartado médico para no repetir la acumulación de contratiempos físicos, dar con la tecla en los diagnósticos y evitar además recaídas? ¿Se acabarán las excusas, la autocomplaciencia y se hará un ejercicio de autocrítica para asumir los errores, corregirlos y no repetirlos?

Ante tanta pregunta hay una diferencia entre lo que crees y lo que quieres. Lo que uno haría y lo que acabará sucediendo porque hay piezas que no controlas o que preferirías que encajaran de otra manera. Es lo que tiene el fútbol desde la pandemia. Esa ‘bunkerización’ que se ha convertido en una seña de identidad y no solamente en el Levante. Que falta información y siempre está presente el peligro de meter la pata o no medir como a uno le gustaría. Hay otras reglas de juego y hay que adaptarse, guste o no. Pero igualmente hay una serie de evidencias que se caen por su propio peso y que hay que cortar de raíz para que esto no se convierta en el día de la marmota. Unas cuantas situaciones y factores que han convertido los últimos dos meses de competición, desde la histórica Copa de la Rey salvo contadas excepciones, en una caída libre que al margen del perjuicio deportivo ha resquebrajado la sintonía con una afición necesitada de aire fresco para volver a sentirse identificada. Estoy seguro de que costará poco porque se respira una necesidad vital de que todo vuelva a ser como antes y así poder vibrar con el equipo en un estadio espectacular. Lo demostraron los casi 5.000 que estuvieron en el Ciutat en la última jornada ante el Cádiz, que dejaron atrás los disgustos desde el doloroso adiós copero para regalar aplausos de fidelidad. Ellos fueron los que merecieron el mejor de los homenajes y no Augusto y Estrada Fernández.

La que más me preocupa de las preguntas anteriores es cómo se van conseguir los 16,5 millones de euros antes del 30 de junio para cuadrar cuentas y poder afrontar la transformación que necesita el equipo: un central (como mínimo y haciendo caja por Vezo), un lateral izquierdo por Toño, un extremo zurdo vertical al estilo De Frutos, otro para la derecha de características similares a las de Rochina y un delantero de referencia, de envergadura. Si antes la quiniela de principales activos era de tres (Aitor, Campaña y Bardhi), ahora la realidad obliga a escuchar por todos y siendo conscientes de las secuelas tras lo sucedido durante la temporada. A no ser que LaLiga haga un reajuste proporcional que me parece improbable (e injustificado) porque hay otros clubes que sí han hecho los deberes. Hoy es 1 de junio, queda menos de un mes y el tiempo apremia. Que el Real Madrid ‘eche un cable’ por De Frutos (adquiriéndolo en propiedad o que fuese moneda para abaratar otra operación) y/o que Bardhi firme una gran Eurocopa (seguro que llegarán propuestas por él) son los clavos ardiendo a los que aferrarse… o las soluciones que mas titulares están acaparando en estos momentos.

A esa nómina añadiría en primera línea de fuego a Gonzalo Melero por su explosión final, refrendada con esos tres goles en los últimos tres partidos (siete en Liga y uno en Copa en total), y ese rol de llegador que le convierte en un gran reclamo. Y eso que estuvo más de dos meses en el dique seco por la lesión que sufrió en la ida de las semifinales de Copa y que tanto daño hizo al equipo. Su perfil encaja como anillo al dedo en el fútbol inglés. Con contrato hasta 2023, el ‘22’ es el futbolista que mejor ha acabado la temporada, en alza, en flecha verde y en las altas esferas saben que ha cautivado fuera de Orriols, pero aún nadie ha dado el paso. Es pronto. El mercado no ha hecho más que empezar por mucho que en el Levante haya necesidad de hacer caja. El riesgo de que los clubes puedan jugar con la bala de la urgencia granota también hay que saberlo gestionar. Y no descartemos alguna sorpresita y que aparezca el Boateng o el Cabaco de turno, incluso con un rol más importante que el que contaban el ariete ghanés y el central uruguayo por aquel entonces. Veremos lo que sucede porque no solamente es necesario ingresar para respirar sino también para disponer de algo de margen para acometer incorporaciones que no sean únicamente cedidos o agentes libres.

Sabéis que yo haría limpieza porque este Levante ha mostrado señales de fin de ciclo. La realidad es que además de Doukouré, Toño y Rochina, junto a la solución (o soluciones) para cortar la hemorragia de los 16,5 millones de euros, los deberes en la ‘operación salida’ pasan por encontrar acomodo a Sergio León, Coke y Hernani, aunque no será nada fácil. ¿Os acordáis de aquella célebre argumentación de John Benjamin Toshack cuando tras una dolorosa derrota dijo que le daban ganas de cambiar a todos, pero al final acababa poniendo a los “once cabrones de siempre” en el siguiente encuentro? No voy a caer en llamar cabrones a los míos como el histórico técnico de Cardiff, pero sí que voy a insistir en que para crecer hay que tener un espíritu crítico y constructivo, sin tantas tiritas cuando las cosas salen al revés, enterrando los extremismos y recordando también el pasado, lo que se ha sufrido para ahora arrancar la decimosexta temporada en Primera, y que injustamente creo que en algunos momentos no le hemos dado (y me incluyo) el valor suficiente, para coger impulso y seguir dan pasitos adelante entre los mejores. Y para salir a flote de esta encrucijada económica en la que se encuentra el Levante, hay que retorcerse la mollera y buscar soluciones para confeccionar el proyecto más competitivo y ambicioso posible. La pelotita marca la pauta, pero ojo que los cambios no son primordiales únicamente en lo deportivo.

Las últimas líneas son para sacar pecho y felicitar al Juvenil de División de Honor por el primer título de su historia. Un exitazo que reafirma que hay mimbres en la cantera. Un camino que en situaciones adversas (como la de ahora) aparece como una solución, pero creyendo, con atrevimiento, sin apresurarse ni imponiendo. Cárdenas y Cantero son el ejemplo de la irrupción desde la factoría de Buñol. Ambos han dado el salto para quedarse. ¿Y después de ellos? No puedo esconder al niño preguntón que llevo dentro. Que cada uno haga su lista.