VALÈNCIA. Alessio Lisci se prepara para dirigir su primer partido al frente del primer equipo del Levante con la condición de técnico permanente, lejos ya del "carácter interino" que mantenía la incertidumbre sobre su figura y la presión en el resultado. El italiano podrá conseguir o no la difícil hazaña de hacer a los granotas salir del agujero, pero tras diez años en la cantera es todo un orgullo para una escuela de entrenadores que a día de hoy encaja piezas tras el ascenso de Alessio.
En Buñol no son pocos los que hicieron fuerza para que el romano terminase haciéndose con el mando ya antes incluso de que tuviera la posibilidad real de asumirlo, cuando el club contrató a Pereira y él cogió a la primera plantilla durante una semana. Para la escuela, Alessio Lisci, Darío Navarro y Luca Troilo son también una esperanza de futuro, ahora más aún con la escalada masiva que produce su salida de las categorías inferiores de la entidad de Orriols. Tanto es así que Adrián Navarro, segundo entrenador del Infantil B de la escuela, publicó en Twitter un sentir generalizado en Buñol.
Alessio es el segundo entrenador del Atlético Levante que termina cogiendo las riendas del primer equipo de manera definitiva con Quico Catalán en la presidencia. Paco López fue la primera apuesta después de la destitución de Juan Ramón López Muñiz y el tiro le salió centrado a un presidente que acabó siendo el máximo valedor del de Silla en sus momentos más crudos, la temporada pasada y en el inicio de la actual. La decisión de Paco se dio tras una racha de 15 partidos seguidos sin victoria y con el Levante un punto por encima de las posiciones de descenso. Hoy, Alessio tiene a su equipo seis puntos por debajo, con una sequía de triunfos que se alarga a los 16 encuentros este curso y una racha histórica de 24 sin ganar. Que el cuento se repita.