VALÈNCIA. Peter Lim ha desinflado el 'Local Management'. En menos de un mes el 'mad doctor' que gobierna el club ha dinamitado la cacareada autonomía local. El globo que se infló en la planta noble de Mestalla ha sido pinchado. La cloqueada libertad de la que se jactaban los ejecutivos de Meriton Holdings Limited en València y todo su corro de cortesanos ha sido suprimida. Los grilletes los ha cerrado el bróker de Singapur. ¿Qué pensabais, criaturas?
El episodio, mejor dicho las desventuras, de Sergi Canós, y la doble operación con el Valladolid, cerrada hace cuatro semanas, convierten esta semana en la más ridícula para Javier Solís y Miguel Ángel Corona. Faltaba Gabriel Paulista comportándose como un cadete maleducado que se encara con un padre en un partido de fútbol base. Un circo.
Del club que maltrata Peter Lim se mofa todo el fútbol patrio, aunque al hijo del pescador hecho a sí mismo, probablemente, estas cosas le diviertan o, peor, le resbalen. Supongo que Layhoon Chan empatizará con sus cargos de alto rango en la ciudad, aunque, por otra parte pienso que, al fin y al cabo, ella es Peter Lim. Ponerse el chándal y cantarle el cumpleaños feliz al delegado David Rángel en la concentración no basta. Ese gesto es vendible en las redes sociales del club pero no es suficiente. ¿Y el estadio, señora presidenta? Agosto es inhábil para la administración y más si encima hay un cambio de gobierno; vale, aceptamos pulpo como animal de compañía, pero septiembre está a la vuelta de la esquina... Igual que el cierre del mercado.
Cuando se esperaban futbolistas, los fichajes han sido patrocinadores. Tres ha anunciado el club esta semana. El otro día leí: Comunicado oficial, Martinelli y pegué un brinco. Han fichado a un delantero italiano, me dije. La sorpresa duró diez segundos. Era una marca de zapatos de Elche.
El revolcón de Lim al 'Local Management' ha sido de aúpa. Como el de un toro, castigado por los años, al que pasean por las fiestas de verano de cualquier pueblo que, cuando le abren el cajón, cornea al primer jovencito borracho que se le pone de por medio. Magullados, humillados y llenos de polvo por el revolcón, víctimas de propagar un mensaje excesivamente optimista e irreal, han cambiado el guion. Se han levantado del suelo y ahora el anuncio es que ¡tratan de convencer a Peter Lim!
El guion es de ciencia ficción. Pura fantasía. Directo a los premios Hugo de este año. H. G. Wells, Carl Sagan, Julio Verne, Philip K. Dick, Arthur C. Clarke, Issac Asimov y Ray Bradbury no imaginaron nada mejor.
Doblar la voluntad de un tirano, de un señor feudal como el de Singapur, es tan difícil como conseguir que Drácula beba gazpacho. Es fácil. Claro. Mucha suerte. Al fin y al cabo, un subcomité del Congreso de Estados Unidos ha pedido al Gobierno que informe de los datos que tiene sobre ovnis. Todo es posible, muchachos.