VALÈNCIA. El Valencia Basket podría proclamarse este domingo campeón de la Liga Femenina por primera vez en su historia, un hito que confirma el crecimiento acelerado pero sólido de la apuesta del club de sus mecenas Juan Roig y Hortensia Herrero por la igualdad, en una temporada en la que ya ha estrenado sus vitrinas al conquistar hace unas semanas la Eurocopa.
Integrado en el club y a su vez parte del mecenazgo deportivo del empresario valenciano, propietario de Mercadona, el proyecto cuenta esta temporada 2021-21 con un presupuesto de cerca de dos millones de euros, uno de los más altos de España e igualmente bien situado a nivel europeo.
Comparte patrocinios generales con el resto de la entidad pero también tiene algunos propios. Teika Vending, Gesternova (una comercializadora de electricidad del sector renovable), Fancolor (servicios de impresión el grupo Slt Sport) y Juana Crespo (un equipo médico especialista en fertilidad) son colaboradores exclusivos del equipo femenino de la entidad.
El club mantiene desde hace años una decidida apuesta por la igualdad de trato de sus dos equipos profesionales, una intención que se plasma en la comunicación y en la exposición a los medios pero que también en las medidas sanitarias en esta pandemia del COVID 19. Esa voluntad se ha convertido en un hecho diferencial del club y así lo reconocen las jugadoras.
Pocos minutos después de ser nombrada MVP de la Eurocopa, la internacional española Queralt Casas volvió a poner de relieve "el gran trabajo del club con el equipo femenino" y lo hizo a iniciativa propia. "Esto no lo encuentras en cualquier sitio, donde hay mucha diferencia entre equipos masculinos y femenino y aquí no", sentenció.
Con ese triunfo el Valencia, se convirtió en el séptimo club europeo en ganar títulos continentales masculinos y femeninos, un refrendo más para un proyecto que quema etapas,
El Valencia ya ha sido capaz de atraer a algunas de las mejores jugadoras nacionales, también a jugadoras de la WNBA como la australiana Bec Allen y ha visto como la franquicia Atlanta Dream eligió a la joven Raquel Carrera en el puesto 15 del último draft, el mejor puesto de una jugadora española.
El 30 de abril de 2018 en una Fonteta con seis mil espectadores en las gradas, el Valencia Basket logró el ascenso a la máxima categoría y el equipo valenciano celebró este jueves la efeméride estrenándose en una final de esa Liga Femenina en la pista del Perfumerías Avenida.
Con su triunfo en la prórroga (64-67) se ha ganado dos opciones, la primera el domingo en la Fonteta, para conquistar el título y ganarse una plaza para jugar por primera vez la Euroliga.
El proyecto arrancó hace apenas siete años. En el verano del 2014, el club (masculino desde que se creó en 1986 al emanciparse del Valencia CF) absorbió las categorías inferiores del extinto e histórico Ros Casares, en principio sin intención de tener un equipo senior profesional.
Pero el empuje del equipo hizo que dos años después, en mayo de 2016, lograra el ascenso a la Liga Femenina 2. Fue entonces cuando el club empezó a plantearse abrir esta nueva etapa.
Coincidiendo en 2017 con la inauguración de L'Alqueria del Basket, una macroinstalación para su cantera que le costó a Roig cerca de veinte millones de euros, el Valencia profesionalizó la plantilla ya con el objetivo claro de llegar a la élite.
Esta temporada 187 chicas juegan en sus categorías inferiores y, como ocurre con los chicos, ven su nombre inscrito en el 'Mur del somnis (muro de los sueños) de L'Alqueria, si debutan con el primer equipo. Igualdad y ambición, las señas de identidad del proyecto.